Los reyes europeos no fueron a las cruzadas hasta 60 años después de su principio. El primer rey que acudió fue un monarca vikingo, Sigurd de Noruega, poco después de la toma de Jerusalén. Ricardo Corazón de León pudo tomar dos veces Jerusalén , pero no lo hizo por falta de soldados para conservarla en caso de contraataque. La admiración de Corazón de León por Saladino era mutua, hasta el punto de que el gobernante islámico le propuso unir lazos familiares, casando a su hermano con la hermana del que fuera rey de Inglaterra. Pero ella se negó. Todos estos datos los narra a ABC el periodista Francisco Bocero de la Rosa , quien como Bocero de la Rosa firma la obra 'Eso no estaba en mi libro de historia de las cruzadas'. Editado por Almuzara , el libro contó con una presentación en el hotel Hospes Palacio del Bailío, con un posterior coloquio en el que también participaron el diplomático Jorge Dezcallar, el presidente de Almuzara, Manuel Pimentel , y el consejero delegado de Tressis, José Miguel Mate. 'Eso no estaba en mi libro de historia de las cruzadas' sigue la misma línea de otros libros de Almuzara que comienzan con la frase y que tratan de forma divulgativa, y siempre en menos de 300 páginas. De esta forma, y tras dos novelas históricas ('La derrota' y ' El último sueño del rey '), Bocero de la Rosa continúa en la senda del ensayo, pues ya fue coautor de 'Grandes gestas del soldado español'. «La novela es mucho más difícil de escribir, porque tiene un proceso mucho más laborioso de construcción, de párrafo a párrafo, sobre todo si quieres aportar calidad literaria», declaró el autor, quien se califica como un gran perfeccionista a la hora de abordar el documento en blanco. En el ensayo vuelca toda su experiencia como periodista, en este caso enfocada a la investigación de fuentes de todo tipo, muchas de ellas primarias, en las que no falta la perspectiva islámica aportada, entre otras, por las obras de Amin Maalouf . «Se trata de ir contando la historia , pero a su vez resaltando aspectos menos conocidos por nosotros». ¿Resulta comprensible semejante empresa de base religiosa en tiempos tan descreídos? «Es paradójico, pero no resulta tan difícil», aseguró el escritor y periodista: «La palabra cruzada la seguimos utilizando para señalar o causas justas u otras estrambóticas; y en el ámbito político internacional su uso es constante». En ese sentido, Bocero de la Rosa recuerda la calificación de cruzada que los Estados Unidos dieron a su respuesta tras el 11S o el empleo del término cruzado por parte de terroristas islámicos . «Ahora bien, comprender un fenómeno como una guerra de religión puede ser complicado, pero hay que evitar el presentismo», advirtió. Ese carácter eminentemente religioso puede parecer chocante con respecto a la violencia desatada durante casi dos siglos: «La toma de Jerusalén por parte de los cristianos en la primera cruzada es una carnicería, algo que los musulmanes no olvidan y van a replicar, por ejemplo cuando toman San Juan de Acre en 1291, donde provocan el mismo baño de sangre». Bocero de la Rosa destacó el papel de personajes femeninos como Leonor de Aquitania, que se casa con el rey cruzado Luis VII y engendra a Ricardo Corazón de León. También resaltó el particular interés que tiene el libro para el público cordobés o español, ya que los reinos cristianos de la península ibérica no tomaron parte oficial en las cruzadas, por lo que no es un asunto cercano: «Aquí no vivimos las cruzadas, teníamos, entre comillas, nuestra particular cruzada en la Reconquista , que sí tuvo esa consideración posteriormente tras la batalla de las Navas de Tolosa ».