El mundo del arte, de la cultura en general, anda soliviantado en Estados Unidos con la llegada de Trump al poder. Unos se muestran «enojados y angustiados» por el futuro de la cultura allí, y otros, directamente, «sin palabras» y «aturdidos». La gran mayoría apoyó de manera abierta y activa a Kamala Harris durante la campaña y, ahora, sus reacciones y preocupaciones encuentran eco en la prensa especializada: temen por su libertad para seguir expresándose artísticamente pero, por encima de todo, temen la desfinanciación pública. Es este un tema interesantísimo, y un gran melón por abrir, que podemos trasladar perfectamente a España. Porque la gran pregunta que subyace es si es legítimo que las instituciones de arte y de cultura...
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