Un avión con pasajeros españoles pasa cerca de un volcán en erupción: ¿puede suponer un peligro de seguridad?
Durante cada día tienen lugar alrededor de 120.000 vuelos a lo largo del mundo. El transporte aéreo es totalmente necesario para desplazamientos internacionales y de gran distancia, aunque también vuelan aviones que recorren pequeñas distancias. El vuelo comercial más largo del mundo recorre 15.332 kilómetros y tiene una duración media de 19 horas y 15 minutos. Se trata de la ruta entre el aeropuerto JFK de Nueva York y Singapur Changi.
La mayoría de ellos transcurren con normalidad, pero algunos se encuentran con situaciones adversas, ya sea a nivel técnico o meteorológico. La tasa de accidentes aéreos es mínima, durante el 2023 fue de uno por cada 1,26 millones de vuelos. La mayoría de los pequeños accidentes de avión son por las tormentas o por el viento, pero en ocasiones se dan fenómenos mucho menos comunes: volar cerca de un volcán en erupción.
Un vuelo a Islandia pasa cerca de un volcán activo
Los pasajeros de un vuelo con dirección a Reikiavik de este miércoles se vieron sorprendidos por un fenómeno extraño al asomarse a las ventanillas del avión mientras volaban: un volcán en erupción. El aeroplano, que ya estaba a una altura relativamente baja, se encontró con una gran nube de humo, según relataron a LA RAZÓN pasajeros del vuelo y según se ve en las imágenes. Por suerte, la nube de humo y ceniza subió directamente hacia arriba y el viento no la desplazó hacia el avión. Desde el asiento, también podían apreciar las riadas de lava que circulaban por el suelo.
En el vídeo, grabado por una de las pasajeras, Marta Espinosa, y compartido a este periódico, se puede apreciar como el comandante dice en inglés "hay que permanecer sentado con los cinturones puestos". En ese vuelo, procedente de Copenhague y con dirección a la capital islandesa, había al menos 17 pasajeros españoles. Todos ellos son estudiantes de Erasmus en Vilna, que previamente habían cogido otro vuelo desde la ciudad mencionada hasta la capital danesa.
"No nos asustamos, pero nos quedamos totalmente alucinados al verlo", explicó a LA RAZÓN Lucía González, otra de las pasajeras españolas. Más allá de la señalización de permanecer sentados y con el cinturón puesto, como se escucha en el vídeo, "desde la tripulación no se dio ningún aviso especial", añadió la joven. El vuelo llegó sin ninguna incidencia a su destino más allá de la espectacular imagen a nivel visual. Una vez en tierra, se seguía viendo la nube de humo.
¿Es peligroso para un vuelo un volcán en erupción?
La erupción de un volcán es muy impactante, pero también puede ser amenazante. Más allá del peligro que conlleva la erupción en sí misma, existe un riesgo que afecta especialmente al mundo aeronáutico: las nubes de ceniza.
El problema no está en la posibilidad remota de que la erupción avasalle literalmente a algún avión que pase por encima, o que el calor de la lava fundida (entre 700 y 1.200 grados centígrados) pueda derretir cualquier objeto que pase por su vertical. Según AERTEC, una ingeniería y consultoría internacional especializada en aeronáutica nacida en 1997, el mayor peligro, cuyo alcance geográfico puede llegar a ser continental, es el de las cenizas expulsadas por el volcán por cuatro motivos:
- La ceniza puede acumularse y fundirse dentro de los motores a reacción, los cuales superan en su interior la temperatura de fusión de las partículas. Esta situación puede provocar la creación de nuevos cristales que, en caso de adherirse a ciertas partes del motor, podrían provocar su colapso.
- La ceniza es muy abrasiva, por lo que puede dañar partes sensibles de los motores, con el mismo resultado anterior.
- Pueden provocar lecturas erróneas de funcionamiento del avión.
- La invisibilidad de algunas nubes de ceniza, que por su baja densidad o tamaño de las partículas pueden no ser visibles para el ojo humano.