Aunque cuesta creerlo, Rafa Nadal jugó dos veces el Trofeo Internacional Ciudad de Albacete . En 2002, con 16 años, ganó un par de partidos a Jorge García Marín y Tati Rascón antes de caer en cuartos de final frente a Juan Alberto Viloca , mientras que en 2003 sobrevivió en semifinales a Ferrán Ventura y se llevó el título al superar a Feliciano López. Esta es la historia del mejor deportista español de siempre, entonces sólo una promesa del tenis, en la tierra batida manchega. Julián García, que continúa siendo el director del torneo, «conocía a Rafa desde los 12 ó 13 años. Sabíamos que iba a ser un jugadorazo, pero no se podía intuir que conseguiría 22 Grand Slam». «Era superprofesional y supercompetitivo; luchaba todas las bolas», rememora García, para quien «la clave de su éxito ha sido jugar bien los puntos importantes». Juan Alberto Viloca (Barcelona, 1973) tenía 29 años cuando se midió a Nadal, al que casi le doblaba la edad. «Era muy tímido y, en cambio, su tío Toni hablaba mucho. Se veía que era diferente a los demás y mi padre me comentó con el tiempo que ese día le dije: 'He jugado contra alguien que será el número uno'; pero, en verdad, no me acuerdo de mucho del partido», admite. Pese a que Viloca ganó (doble 6-4), «tampoco he alardeado mucho de ello porque no era un torneo ATP». Al fin y al cabo hablamos de un tenista de bastante nivel que alcanzó el 47º de la clasificación mundial; se metió en el cuadro principal de los cuatro grandes; hizo final en torneos de cierto prestigio (Gstaad y Ciudad de México) y sobre todo, a lo largo de su carrera, ya se había impuesto a rivales que igualmente lograron el número uno, como el chileno Marcelo Ríos o el brasileño Guga Kuerten . De ahí que no le diera mayor importancia a la victoria ante un crío de 16 años por mucho potencial que tuviera, explica Viloca, que en la actualidad se desempeña como entrenador en el TEC Carles Ferrer Salat , un centro de alto rendimiento que se alimenta del mecenazgo privado. También Ferrán Ventura (Salt, 1978) es entrenador; en su caso en el Club Tenis de Aro, en la Costa Brava. Su trayectoria «no fue nada especial», perdido más allá del puesto 400 de la clasificación ATP y con al menos 30 tenistas nacionales por encima. Eso sí, jugó cinco veces contra Nadal. De su existencia supo en un campeonato de España en Menorca. «Él tendría 14 años y yo 22. En aquel momento, Rafa era un chaval que corría mucho, con muy buena actitud y un físico por encima de los de su edad, pero sacaba justito, voleaba normal, el revés le costaba y, en definitiva, nadie pensaba que iba a ganar todo lo que ha ganado. El que lo diga ahora se pasa de listo», asegura. Ventura sería testigo de cómo el genio balear «evolucionaba muy rápido». Salió vencedor en los dos primeros partidos y perdió el resto. Del encuentro de Albacete en 2003 mantiene «fresco» el recuerdo. Y enseña a ABC recortes de prensa cuya crónicas detallan que «quedará grabado para la historia del torneo porque no hay calificativos para definir lo que lucharon Rafael Nadal y Ferrán Ventura durante tres horas y media». Se decidió en el 'tie break' del tercer set, donde Ferrán gozó de cuatro bolas para ganar . Sin embargo, «me puse muy muy nervioso, me temblaba la pierna izquierda al botar la pelota», y acabó hincando la rodilla ante un oponente de 17 años que «ya estaba el 40 del mundo o así». Al respecto, Julián García desvela una anécdota: «Cuando nos fuimos a cenar, Rafa venía en mi coche y recibió la llamada de su tío Toni. Le contó que había jugado muy mal, pero para nosotros había sido un partidazo y lo luchó como si fuera Roland Garros».