La demografía ha desbordado el sistema de reparto, las cotizaciones no cubren el pago de las pensiones. Los españoles tienen que ahorrar más para la jubilación y los trabajadores por cuenta propia, que por lo general cotizan por la base mínima, se enfrentan a desafíos aún más complejos en cuanto a su jubilación. Sin embargo, la preocupación por el ahorro, y por la previsión complementaria a las pensiones públicas en particular, es minoritaria hasta que la fecha de la jubilación se acerca. La Comisión Europea ha alertado sobre una disminución proyectada en la tasa de reemplazo de pensiones, que actualmente se sitúa en un generoso 80% del sueldo previo, pero que podría verse reducido al 50% en las próximas dos décadas. Este descenso no es solo una especulación, sino una proyección basada en datos demográficos y económicos que reflejan una realidad preocupante: una población que envejece rápidamente y una tasa de natalidad insuficiente para sostener la pirámide poblacional. El sistema de reparto, en el que los trabajadores actuales financian las pensiones de los jubilados, está bajo presión debido a la relación cada vez más desfavorable entre jóvenes y ancianos. Este modelo, aunque justiciero y solidario, no es sostenible a largo plazo sin reformas significativas o complementos adicionales. Además, la inflación erosiona el valor real de la pensión, mientras que la esperanza de vida se incrementa, lo que significa que las pensiones deben durar más. Sin una inversión privada o un ahorro adicional, las pensiones públicas podrían no ser suficientes para mantener un nivel de vida adecuado. El futuro de las pensiones en España debe encaminarse hacia un modelo mixto donde la pensión pública se complemente con ahorros privados. Esto no solo distribuye el riesgo entre el sistema público y el ahorro individual, sino que también fomenta la responsabilidad personal en la planificación financiera de la jubilación. Por el lado del ahorro privado es clave fomentar los planes de Pensiones Individuales y Empresariales. Estas opciones no solo permiten deducciones fiscales significativas, sino que también promueven el ahorro e inversión a largo plazo. Las empresas, al ofrecer planes de empleo, no solo contribuyen al bienestar futuro de sus empleados, sino que también pueden beneficiarse de incentivos fiscales. Según datos de Inverco, los planes de empleo, que han alcanzado 2,7 millones de partícipes, registran un incremento del 42% frente a los 1,9 millones de septiembre de 2022, cuando se aprobó la reforma para impulsar este modelo de ahorro para la jubilación promovido por las empresas para sus trabajadores, por los colectivos de autónomos y en las administraciones públicas. Estos planes suman un volumen de activos de 38.488 millones de euros, un 11,6% más que en septiembre de 2022. La mayoría del crecimiento se ha dado en el sector de la construcción y los autónomos. Sin embargo, apenas el 1% de las empresas españolas promueven actualmente planes de pensiones para sus empleados y solo el 10% de los trabajadores disponen de este instrumento de ahorro para la jubilación. Este modelo mixto de ahorro también permitirá una mayor educación financiera de la población, que podrá entender de mejor manera laimportancia del ahorro y la inversión. No solo de cara a la jubilación, sino también para tener unos hábitos financieros más saludables y rentables. Una mejor educación financiera ayudará a entender como la inversión en activos con potencial de crecimiento, como la renta variable, es una estrategia más efectiva a largo plazo que la tradicional inversión en depósitos o renta fija. Los planes de pensiones ofrecen deducciones fiscales inmediatas que pueden reducir la carga tributaria. Además, permiten invertir en productos que pueden crecer con el tiempo, potencialmente superando la inflación y ofreciendo una rentabilidad que el sistema público no puede garantizar. Los planes de empleo ofrecen adicionalmente a empleados, empresas y autónomos una oportunidad mayor de ahorro y de optimización fiscal. De esta manera, las aportaciones que se realizan a cualquier plan de pensiones son 100% deducibles en el IRPF al realizar la declaración de la renta. Este beneficio social, habitualmente asociado a grandes empresas, brinda varias ventajas también ahora a pymes, desde aspectos sociales hasta ahorro fiscal y eficiencia operativa. Además, para el trabajador, constituyen un método de ahorro considerable, gracias a sus beneficios fiscales. Así, a los 1.500 euros máximos de ingresos a planes individuales pueden sumarse 8.500 destinados a planes de empresas. En el caso concreto de los autónomos, además del ahorro que supone para la jubilación, la otra gran ventaja de estos planes de pensiones es la deducción que éstos pueden hacer en la declaración de la RENTA, que asciende a 4.250 euros anuales. Sumando esta cantidad a los 1.500 euros deducibles por aportar a un plan de pensiones individual, los trabajadores por cuenta propia pueden reducir hasta 5.750 euros anuales de su base imponible en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). En definitiva, el debate sobre las pensiones en España no es solo una cuestión de política económica, sino también de justicia social y responsabilidad personal. La necesidad de complementar la pensión pública con ahorros privados es evidente, no solo para asegurar un futuro económico estable para los jubilados sino también para aliviar la presión sobre el sistema de la Seguridad Social. Es hora de que tanto el gobierno como la sociedad en su conjunto miren hacia un modelo de pensiones más inclusivo, sostenible y educativo, donde cada individuo tenga la oportunidad de asegurar su propio bienestar tras la jubilación. Para ello, desde Cobas Asset Management fomentamos la educación financiera y ponemos a disposición de los ahorradores distintas soluciones de inversión para el ahorro a largo plazo, desde fondos de inversión, a planes de pensiones individuales y planes para autónomos y empresas.