El Ministerio de Cultura ensaya en unos cines de barrio de Madrid su proyecto para llevar alumnos a las salas
El pase en los Embajadores Río de 'Robot Dreams', con estudiantes del IES Santa Teresa de Jesús, estrena la fase piloto de una iniciativa que el departamento de Urtasun quiere extender el próximo curso a centros públicos, concertados y privados de todo el país
Urtasun prepara un plan para llenar con colegios las salas de cine por las mañanas
El Ministerio de Cultura ha presentado este lunes en los Cines Embajadores Río de Madrid su proyecto Cine Escuela, una iniciativa que pretende incorporar en el programa educativo la asistencia del alumnado a las salas y el análisis posterior de las películas proyectadas.
Al pase han acudido 56 estudiantes de 3º y 4º de la ESO del IES Santa Teresa de Jesús, en el centro de la capital. Algunos de ellos se han mostrado muy animados antes del pase, comentando que mola más que ver una película en clase. Otros no sabían muy bien a lo que venían, aunque esperaban que la película no se les hiciera muy larga.
El instituto fue contactado por el propio Ministerio, después de ser planteado para esta prueba piloto a propuesta de las productoras, distribuidoras y exhibidoras con las que Cultura ya se reúne para desplegar el proyecto. El Ministerio liderado por Ernest Urtasun pretende extender el proyecto a todos los centros del país que lo soliciten el próximo curso 2025-2026.
La proyección de la película de animación Robot Dreams, de Pablo Berger (quien según el ministro le propuso la idea hace unos meses), ha dado el pistoletazo de salida a un plan que todavía se encuentra en una primera fase piloto. Los detalles específicos sobre la expansión territorial o las frecuencias de las sesiones se darán a conocer “conforme se vayan cerrando”, según Urtasun. Sí ha adelantado que las próximas paradas del proyecto piloto serán en L' Hospitalet de Llobregat (Barcelona) y en Córdoba, donde se proyectarán las películas Santuario y El maestro que prometió el mar.
“Estamos muy felices de acercar los niños y la gente joven a las salas para crear los públicos del futuro”, ha dicho Urtasun en declaraciones a los medios de comunicación. Ha detallado que el propio Ministerio asumirá los costes de desplazamiento a las salas, mientras que cubrirá parcialmente el de las entradas. Este último gasto será completado por las propias exhibidoras, en ningún caso por los centros o el alumnado.
“Es un gran día y es todo un honor que arranque con Robot Dreams un proyecto que busca crear el hábito de ir al cine, concienciar con las películas o conocer la historia del cine español”, ha afirmado el cineasta Pablo Berger. “Ganan los chavales, los exhibidores y los creadores”, opina el director de Blancanieves o Torremolinos 73.
Iniciativa abierta a distintas edades y a todos los centros
El director del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Ignasi Camós, ha indicado además que la iniciativa se abre a diverstos rangos de edades y a centros públicos, concertados y privados: “Pensamos más en los niños que en los centros, independientemente de donde estudien”. Reconoce que todavía quedan “muchos detalles que cerrar”, como la manera de incorporar los centros o de poner la herramienta al servicio de ellos.
“La idea es que no se quede en una extraescolar. Queremos que antes de las proyecciones haya una hora en los propios colegios donde discutan sobre lo que van a ver y, después de las proyecciones, otra hora dos horas dedicas a comentar y analizar la película”, ha explicado Urtasun. No en vano, la proyección de Robot Dreams ha venido acompañada de una guía didáctica sobre algunos de los aspectos formales y temáticos que permite abordar la película nominada al Oscar. Además de esta orientación, los docentes recibirán “formación específica”.
El máximo responsable del ICAA ha señalado a su vez que llevan meses en conversaciones con el organismo homólogo francés, el Centre National du Cinèma et de l'Image Animée (CNC). Esta institución desarrolla esta iniciativa en escuelas del país vecino desde mediados de los años noventa con una media de tres visitas a las salas por centro y curso. El coste público anual ronda los seis millones de euros. “La idea es adaptar el proyecto. Ellos por ejemplo nos han recomendado un rango concreto de edad, pero nos gustaría probar otro más amplio”, ha apuntado Casadó.
“No hemos descubierto nada. Hay numerosas asociaciones y fundaciones que llevan mucho tiempo desarrollando actividades educativas similares aprovechando el espacio que tienen las salas de cine durante las mañanas. Pero lo hacen a nivel propio, lo que queremos ahora es que sea una estrategia a nivel estatal impulsada desde el Ministerio, aunque contemos también con la colaboración de esas entidades”, ha añadido.
La selección de las obras será llevada a cabo por “un pequeño comité”, con intención de que sean largometrajes de diversas épocas y enfoques, aunque siempre europeos y mayoritariamente españoles.