Un estudio revela la característica física que puede ser un signo de demencia
Más de 55 millones de personas en todo el mundo sufren demencia. Según la Organización Mundial de la Saludad (OMS) más del 60% de las cuales viven en países de ingreso mediano y bajo. Cada año, hay casi diez millones de casos nuevos a nivel global. Demencia y Alzheimer no es lo mismo. La demencia es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos.
La pérdida de memoria es el síntoma más recocido de la demencia y uno de los primeros en parecer, pero no el único. Un estudio del BMJ Open descubrió que la depresión y el deterioro cognitivo fueron los primeros síntomas que aparecieron en el 98,5 por ciento y el 99,1 de los casos que estudiaron. Una nueva investigación realizada por JAMA Network Open revela otro posible síntoma de la demencia. Los investigadores evaluaron a más de 16.800 personas sanas mayores de 65 años en Estados Unidos y Australia durante un período de siete años (2010 a 2017), según el estudio publicado en JAMA Network Open.
Andar más despacio podría ser un síntoma de demencia
Un ritmo más lento al caminar podría ser un signo de deterioro cognitivo o demencia, sugiere un nuevo estudio. Los investigadores midieron la velocidad al caminar de los participantes y realizaron pruebas cognitivas cada dos años. Según el informe, quienes tenían una disminución en la velocidad al caminar de al menos 2 pulgadas por segundo al año, junto con una capacidad cognitiva más lenta, padecían un mayor riesgo de demencia, en comparación con los individuos considerados.
"La combinación de pérdida de memoria y lentitud en la marcha parece ser un indicador más fuerte de riesgo futuro de demencia que el deterioro de una de esas características por sí sola", afirmó a Fox News Digital la doctora Taya A. Collyer, encargada de dirigir el estudio en la Universidad de Monash en Australia. "Los familiares a menudo comentan que su ser querido había cambiado antes del diagnóstico de demencia", explicó la doctora Amy Brodtmann, neuróloga y profesora de la Iniciativa de Salud Cognitiva de la Universidad de Monash en Australia.
Medir la velocidad para detectar la enfermedad
Los investigadores sugirieron que medir la velocidad de la marcha podría ser una herramienta útil, combinada con otras medidas de detección, para ayudar a identificar a las personas que corren el riesgo de desarrollar demencia y garantizar que reciban pruebas tempranas e intervenciones preventivas, ya que además medir la velocidad no es algo excesivamente complicado.
"Aún no disponemos de una prueba definitiva para la demencia que los médicos de familia puedan realizar en sus propias clínicas", explicó uno de los autores del estudio. Los autores siguen trabajando para poder conseguirla a la mayor brevedad posible. La investigación explica que la forma en que una persona camina de forma habitual podría ayudar a señalar o descubrir una potencial enfermedad.
La importancia de llevar una vida saludable
La investigación recomienda pasear de manera frecuente a distintos ritmos, incrementando la velocidad, para mejorar los reflejos. "El entrenamiento de fuerza regular, como sentadillas, step-ups, puentes y levantamientos de piernas, puede mantener nuestros músculos fundamentales fuertes a medida que envejecemos", aconsejó Farrell, uno de los investigadores.
Estas actividades no son las únicas que ayudan ante la demencia. Un estudio de la Fundación ACE determinó que la práctica de la danza también es buena. Dieron clases durante cuatro meses a 22 personas con demencia y los participantes ganaron en equilibrio, lo cual reduce el riesgo de caídas y eso repercute en la seguridad e independencia de estas personas, que por su enfermedad ya de por sí tienen una mayor probabilidad de sufrir accidentes. Y eso, tiene un impacto positivo en la calidad de vida y felicidad de las parsonas.