Los combates se intensifican en la ciudad de Kursk
Más de 1.000 días después del inicio de la invasión, sus tropas no sólo no han logrado establecer el control sobre Kyiv o cualquier centro regional en Ucrania, sino que además han permitido que las tropas ucranianas establezcan un punto de apoyo en su propio territorio.
Y aunque el área bajo control de Ucrania ha disminuido a medida que Rusia intensificó su presión en la región de Kursk, sigue siendo lo suficientemente considerable como para tener una gran importancia simbólica y, potencialmente, afectar el curso futuro de la guerra.
Ucrania controla actualmente entre 600 y 800 kilómetros cuadrados de territorio, incluida la ciudad de Sudzha, según analistas militares. Rusia ejerce una presión creciente en el campo de batalla y ha recuperado entre una cuarta parte y una tercera parte del territorio inicialmente capturado por Ucrania hace casi cuatro meses.
El permiso reciente de los EE. UU., el Reino Unido y Francia para usar misiles occidentales contra objetivos militares en Rusia podría ayudar a Ucrania a proteger sus ganancias en Kursk. Un puesto de mando del ejército ruso fue alcanzado por misiles Storm Shadow el miércoles pasado y el primer ataque con misiles ATACMS contra una base aérea rusa se produjo el lunes, según analistas ucranianos.
Las condiciones allí también favorecen hasta cierto punto la defensa de Ucrania, a pesar de que Rusia lanza un tercio de todas las bombas aéreas guiadas contra su propio territorio, afirma Oleksiy Melnyk, experto militar del centro de estudios Razumkov Centre, con sede en Kyiv.
“A diferencia de Ucrania, donde la línea del frente es fija y Rusia bombardea nuestras posiciones con bombas aéreas guiadas y artillería, la guerra en Kursk es más móvil y nuestras unidades pueden evadir mejor la amenaza”, explica. Sin embargo, la llegada del invierno podría dificultar las maniobras de las fuerzas ucranianas.
Tanto Rusia como Ucrania han ido avanzando en Kursk en los últimos días, según el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos; los mayores avances de Rusia se han producido al oeste de Sudzha y los de Ucrania, más pequeños, al noreste.
Según Stanislav Buniatov, oficial del batallón “Aidar” del ejército ucraniano y bloguero militar, Rusia está perdiendo más material militar en Kursk que en cualquier otra parte del frente, a excepción de Kurajove, su objetivo clave en Donetsk. “También es uno de los lugares más estables para nosotros”, asegura.
Rusia tiene entre 45.000 y 50.000 soldados en la región, incluidos soldados norcoreanos, que se entrenan justo en la línea del frente. Unos 11 mil de ellos se encuentran en el área y algunos ya han participado en combates, reveló el lunes Anatoli Bargilevych, jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Se cree que Ucrania también tiene fuerzas significativas, aunque menores, en la región, incluidas algunas de sus brigadas mejor equipadas y con más experiencia, como la 47.ª.
Aunque algunos de los recursos que Ucrania emplea en Kursk podrían ayudar a limitar los avances rusos en el este de Ucrania, especialmente en Donetsk, Kyiv evidentemente cree que su presencia continuada en territorio ruso podría ser de mayor utilidad.
En cierta medida, no importa exactamente cuánto territorio controla Ucrania en Kursk, ya que el hecho mismo de que Rusia siga siendo incapaz de expulsarla de su propio territorio podría utilizarse en posibles negociaciones, explica Melnyk. Según el experto, Ucrania espera que, si es capaz de detener a Rusia y las negociaciones comienzan, su salida de Kursk podría ser intercambiada por algunos de los territorios ocupados por Rusia.
El líder ruso, Vladimir Putin, ha ordenado a sus generales de alto rango que se aseguren de que no queden tropas ucranianas en la región rusa antes del 20 de enero, cuando el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tiene previsto comenzar su segundo mandato presidencial, cree Volodimir Zelenski.
Se espera que Donald Trump presione para un alto el fuego entre el país invasor y Ucrania después de su llegada al poder en poco menos de dos meses. Muchos en Ucrania temen que la mayoría de las concesiones, en términos de territorio o decisiones geopolíticas, tendrán que ser realizadas por el país invadido. Tanto el país invadido como el agresor intentan mejorar sus posiciones lo máximo posible y la presencia de Ucrania en Kursk socava el costoso esfuerzo de Putin para convencer a los aliados de Ucrania de que no puede detener a Rusia.
"Para Putin, lo más importante es expulsarnos de la región de Kursk... Es muy importante para él demostrar que controla una situación que en realidad no controla", aseguró el presidente ucraniano este fin de semana.
La ofensiva ucraniana en Kursk ha demostrado que Moscú es incapaz de proteger su propio territorio y ha asestado un golpe a la reputación de Vladimir Putin dentro del país, subraya Kyiv. Además las operaciones de Ucrania en territorio ruso siguen reduciendo la devastación en su propio territorio, tras haber desbaratado los planes de Moscú de lanzar otra ofensiva en el noreste de Ucrania.
Los dos objetivos clave de Putin son, por tanto, expulsar a Ucrania de su propio territorio y capturar todo el Donbás, una región industrial en el este de Ucrania, según Zelenski.