Alquiler sobre ruedas, la tendencia que crece en Buenos Aires
Las necesidades de moverse por las grandes ciudades sin un auto son cada vez más. Esto se dio no solo por la comodidad que implica no utilizar un vehículo, sino también por cuestiones medioambientales.
Julián Mizrahi, fundador de Enchulame el Auto, recordó: "Hace seis años arranqué con una empresa de alquiler de equipos audiovisuales para la industria del cine y la televisión. Empecé a darme cuenta de que hay un techo en el rubro audiovisual y que la clientela es limitada. Entonces, decidí dedicarme a alquilar otra cosa".
En ese momento, Mizrahi empezó a armar su propia flota de autos. "Es así como nació Enchulame el auto". Se trata de una empresa que alquila vehículos a choferes de aplicaciones, aunque el plan a futuro es diversificarse y también estar presentes en el rubro del turismo o corporativo.
Mucho para crecer
"Solo de aplicaciones, hay un total de 300.000 choferes registrados, mientras que una de las empresas más grandes del rubro tiene una flota de 3000 autos. Hay mucho por crecer y mucho por explorar", dijo
Y añadió que se trata de alquileres semanales, mensuales o anuales en algunos casos. "El auto tiene un límite de kilometraje preestablecido para hacer un chequeo todas las semanas".
Por su parte, Nicolás Sappia, dueño de Fly Free Urban, comentó: "La compañía nació en mi cabeza en 2011, con la idea de poder brindar un mejor servicio para que la gente pruebe y vea si le gusta o no patinar".
Y continuó: "Les damos la posibilidad a las personas de poder probar la disciplina alquilando, antes de realizar cualquier inversión. Es una buena opción porque un patín de puede tener un valor de alrededor de $ 200.000".
Después, Sappia recordó que "apareció la idea de alquilar monopatines eléctricos para brindar la posibilidad de conocer la ciudad por medio de cualquiera de estos dos medios de transporte".
El mercado de los monopatines estuvo en retirada en pandemia, "porque había un montón de empresas que permitían alquilar mediante una aplicación en la calle. Creo que la ciudad no estaba preparada para esa actividad porque se rompían muy fácil o se robaban. A nivel usuario no era bueno y en términos de rentabilidad para las empresas, tampoco".
Sin embargo, "ofrecerlo desde un local, en el que las personas se lo pueden llevar mediante la firma de un contrato, es totalmente diferente. Los monopatines no están tan expuestos como antes", reveló.