No es perfecto, pero es uno de los juegos más bonitos de la historia gracias a su arrebatador estilo artístico
¿Cuál es el juego más bonito que has tenido el placer de disfrutar? Por suerte, muchísimos de los videojuegos que llegan cada día a las tiendas nos ofrecen un apartado artístico maravilloso con el que deleitarnos. Aunque podríamos mencionar aquí muchos que han pasado a estar entre lo más alto dentro de este asunto -y aunque esto suele ser una cuestión muchas veces asociada a los gustos personales de cada uno-, no se le puede quitar méritos a la ópera prima de los suecos Wishfully Studios: Planet of Lana, un título que de principio a fin es absolutamente precioso en cada una de sus estampas.
La aventura indie de plataformas 2D al estilo Ghibli con influencias de 'La guerra de los mundos'
Planet of Lana es un indie estrenado en 2023 y disponible para PC, Xbox One, Xbox Series, PS4, PS5 y Nintendo Switch publicado por Thunderful Publishing y desarrollado por los debutantes Wishfully Studios que toma inspiración directamente del estilo visual de algunas de las películas de animación japonesas de Studio Ghibli, como las aclamadas 'Mi vecino Totoro' o 'El viaje de Chihiro'.
La importancia en Planet of Lana del estilo visual, de hecho, es tanta que el desarrollo del juego comenzó directamente a partir de una imagen que el director de la obra, Adam Stjärnljus, había dibujado en 2017. En ella, una niña observa a una gran criatura robótica de forma circular en el horizonte, desde un peñasco montañoso en un mundo eminentemente colorido y vibrante en el que en el firmamento también se vislumbra el contorno de lo que parece otro planeta.
En base a esta poderosa imagen, Adam fundó su equipo un año más tarde junto a su esposa, y juntos comenzaron a trabajar en un título de aventuras en 2D que nos situaría bajo los controles de esta niña, llamada Lana. Una joven que un día ve cómo llegan decenas de misteriosas naves a su planeta y raptan a todas las personas de su aldea, como si se tratase de una suerte de 'La guerra de los mundos'.
El equipo sueco tenía en mente, eso sí, hilvanar una historia de ciencia ficción mucho más colorida que esas clásicas epopeyas lúgubres y oscuras sobre alienígenas e invasiones que todos conocemos. Para ello, no solo se fijaron en las preciosas películas de Ghibli, sino también en otros juegos con acabados hermosos, como The Legend of Zelda Wind Waker o el (por aquel momento) reciente Breath of the Wild.
Jugablemente, por otro lado, Planet of Lana se inspira en los plataformas cinematográficos de corte indie que se han hecho populares en los últimos años, como los juegos de Playdead Limbo e INSIDE, o Little Nightmares, pero también toma prestados algunos elementos de aventuras más clásicas como Another World u Oddworld: Abe's Oddysee.
Esto quiere decir que Planet of Lana es principalmente una aventura plataformera que va directa al grano, dura entre 3-4 horas (5 a lo sumo), y nos propone avanzar por diversos escenarios mientras resolverlos algunos acertijos, esquivamos máquinas hostiles con tácticas de sigilo y nos empapamos de su ambientación exuberante con pinceladas de intriga, la cual se ve reforzada (de una manera colosal), por la inmejorable banda sonora a cargo de Takeshi Furukawa.
Furukawa es el otro culpable de que Planet of Lana se sienta tan impresionante. El compositor japonés, conocido por dar vida a la música de The Last Guardian, se ofreció a trabajar para Wishfully Studios después de conocer el arte del juego y quedar atrapado por él. La música de Planet of Lana juega un papel clave en la aventura, no solo por protagonizar algunos pocos puzles, también por realzar la emotividad y grandiosidad de su argumento con sinfonías dignas de una película de Hollywood y melodías tatareables que difícilmente son olvidables.
Otros dos componentes curiosos y ciertamente diferenciadores de Planet of Lana son, por un lado Mui, la criaturita similar a un gato que nos acompaña casi todo el juego y con la que debemos colaborar para poder continuar adelante en nuestra misión particular; dándole órdenes sencillas, y el ausente diálogo y texto en toda la obra; aunque el juego cuenta con un breve lenguaje ficticio, no hace falta entenderlo para seguir la trama sin ningún problema.
No obstante, y aunque los puntos fuertes de Planet of Lana son extraordinarios, ya que donde brilla lo hace con enorme fuerza, no es un juego redondo... Todavía resulta algo tosco en sus controles, la mayoría de sus rompecabezas son muy fáciles y, tristemente, no acaba de encontrar un ritmo sólido a lo largo de sus capítulos. Pero pese a ello, es un debut prometedor que nos apetecía rememorar tras algo más de un año en el mercado. Si os interesa probarlo, no está demás decir que se incluye en Game Pass, por cierto.