Cerca del 60% de los jóvenes entre 25 y 29 años toma benzodiacepinas para la ansiedad o para dormir mejor
España lidera el ranking mundial en el consumo de benzodiacepinas. Por tercer año consecutivo, en 2023 fuimos el país del mundo donde más se prescribe este este tipo de fármacos que pertenece a la familia de los hipnosedantes y que están dirigidos a tratar el estrés, la ansiedad, el insomnio o casos leves de trastornos emocionales. Así lo indicaba el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que colabora con los gobiernos para garantizar la disponibilidad de sustancias sujetas a control destinadas a usos médicos.
Este organismo reveló además, que el diazepam lidera la lista de las benzodiacepinas más vendidas. España es el país en el que se observó uno de los aumentos más significativos: el uso de este fármaco contra la ansiedad subió más de un 110% en los tres últimos años. Le siguen otras medicinas de la misma familia, como el popular lorazepam o el también conocido bromazepam (Lexatin), además del alprazolam (Xanax), el clonazepam, el lormetazepam y el estazolam.
Además de abstinencia, insomnio o malestar general, síntomas que puede generar en ciertas circustancias y después de un consumo a largo plazo, un estudió reciente determinó que los pacientes con cáncer de páncreas que tomaron lorazepam, comúnmente prescrito para tratar la ansiedad durante el tratamiento del cáncer, tuvieron una supervivencia libre de progresión más corta que los pacientes que no lo tomaron. El riesgo también aumentó en otros tipos de cáncer como el de próstata, ovario, mama o colon.
Por otro lado, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha hecho públicos hoy unos datos que indican que casi 6 de cada 10 adultos jovenes (59%) de entre 25 y 29 años los toma a diario, una cifra que baja un poco si hablamos de su consumo en la media de la población española, un 42%.
Además, un 65% de los consumidores lo hace desde hace seis meses o más, si bien la gran mayoría conoce los efectos adversos que tienen este tipo de medicamentos a largo plazo, lo que hace que un 38% se esté planteando dejarlos.
Analizar el beneficio-riesgo
Estos datos preocupan a los expertos, que consideran que, más del 90% de los casos, la prescripción de estos medicamentos no está justificada. "Hace falta un cambio en el sistema de salud, en el que se diferencien los verdaderos problemas mentales de los problemas que puede afrontar una persona en su vida cotidiana. Hay que pasara analizar el beneficio-riesgo, que en este caso es desfavorable, pues aunque las benzodiacepinas son eficaces a corto plazo y para ciertas circunstancias, pueden generar efectos como abstinencia, insomnio o malestar general", ha señalado el médico de familia Juan Francisco Menárguez, del Servicio Murciano de Salud en el marco de la jornada 'La vida sin tranquilizantes es posible', organizada en la sede de la OCU, según recoge Ep.
Por otro lado, la farmacéutica de Atención Primaria del Servicio Andaluz de Salud, Ingrid Ferrer, ha destacado que el 70% de los consumidores de estos medicamentos son mujeres, y ha explicado que el beneficio real de los mismos no es tan amplio, sobre todo en comparación con los efectos adversos
Como alternativa a la medicación, la especialista ha recomendado realizar ejercicio o cambiar la forma de pensar, que "son las herramientas que realmente nos van a sacar de donde estamos".
"Intentamos expresar que el ejercicio, el cambiar el modo de pensar, son las herramientas que realmente nos van a sacar de donde estamos. Y además nos acompañan. Son los regalos que tenemos en el bolsillo que siempre lo podemos poner a nuestra disposición. Las pastillas a veces no están en los bolsos porque muchas veces se llevan. Tenemos la guía de autoayuda que nos enseña a saber lo que es la depresión, la ansiedad, el insomnio. Y luego otra serie de guías que nos enseñan cómo aliviar con todos esos problemas. Esa es la intervención que nuestros profesionales tenemos que llevar a cabo con los pacientes", ha añadido.
La postura de estos profesionales mantiene cierta relación con la del Ministerio de Sanidad y su Comisionado de Salud Mental, que han manifestado publicamente su interes por poner en marcha políticas centradas en la "deprescripción de psicofármacos", o recomendado sustituirlos por "apuntarse a un sindicato o a una asociación feminista".
Falta de psicólogos
Pero el quid de la cuestión está en algo mucho más crítico y difícil de resolver y que no está en la mano de la persona que sufre problemas de estrés, ansiedad o depresión, entre otros trastornos emocionales, y es el déficit de recursos humanos y materiales en el sistema de salud mental de la sanidad pública.
El psicólogo Pedro Rodríguez, del Consejo General de Psicología, ha abogado por la presencia de este tipo de profesionales en los centros de Atención Primaria precisamente para evitar la receta de benzodiacepinas, y proponer otras soluciones más especializadas.
En ese sentido, ha destacado que en estos centros solo hay cinco psicólogos por cada 1.000 habitantes en el caso de España, muy lejos de la media de la Unión Europea, de unos 17 por cada 1.000, y de algunos países nórdicos, que pueden llegar a 30 por cada 1.000.
De hecho, Pilar Regato, del Grupo de Trabajo para Personas Mayores de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFyC), ha recalcado que la salud mental es uno de los problemas que más tiempo ocupan en la Atención Primaria, pues requiere de más atención para evitar la medicación, por lo que la presencia de los psicólogos "sería muy importante".
Regato también ha resaltado que las personas más mayores son las más difíciles de tratar, por su larga adherencia a estos medicamentos, y que a la vez son los que más riesgo tienen.