Biden impone a Netanyahu cese del fuego entre Israel y Hezbolá
En medio de la más violenta y destructiva jornada de bombardeos aéreos de barrios céntricos de Beirut, Israel se vio obligado este martes a aceptar un cese del fuego con Hezbolá, que anunció en Washington el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden.
El acuerdo, elaborado y negociado por el enviado de la Casa Blanca, Amos Hochstein, fue aprobado en una votación 10-1 en el gabinete ministerial Israelí.
Ministros y políticos sionistas de extrema derecha de los que depende la mayoría parlamentaria que sustenta a Netanyahu, calificaron el acuerdo de derrota y rendición.
El Presidente saliente de Estados Unidos anunció que la tregua entraría en vigor en la madrugada del miércoles. Parte del acuerdo incluye que las fuerzas estadounidenses supervisen temporalmente el alto el fuego en el sur del Líbano, reveló el diario Haaretz.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich y el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, se han opuesto firmemente al acuerdo, que Ben-Gvir ha calificado como una «oportunidad histórica perdida» para derrotar a Hezbolá.
Mientras tanto, el ministro de Defensa, Yisrael Katz, enfatizó la disposición de Israel a responder a cualquier violación del alto el fuego. La coalición de Netanyahu enfrenta divisiones internas y algunos ministros apoyan el acuerdo por «razones complejas y secretas», según informes del periódico y Israel Hayom.
Fuentes de seguridad destacaron la importancia estratégica del acuerdo para aliviar la presión sobre las fuerzas israelíes desplegadas entre los frentes libanés y de Gaza.
Por su parte, el exministro de Seguridad Benny Gantz criticó la falta de transparencia y exigió la divulgación pública de los detalles del acuerdo. Los colonos del norte de Israel, actualmente desplazados, expresaron su temor de que el acuerdo permita a Hezbolá reagruparse.
El acuerdo de cese del fuego temporal no le asegura a Netanyahu su promesa de garantizar el regreso de unos 60 000 colonos sionistas a los territorios palestinos ocupados fronterizos con Líbano.
Según el diario israelí Yediot Ahronoth la destrucción en la ciudad de Kiryat Shmona, ubicada en esa zona, es increíble y se necesitarán cuatro meses para restaurar solo las escuelas dañadas. El número de viviendas destruidas en la zona fronteriza superó las 8 800, a lo que suman más de 7 000 vehículos y alrededor de 300 sitios agrícolas dañados.
El ex primer ministro Naftali Bennett dijo que el acuerdo, «como se informó, no aborda ninguna de las tres amenazas que enfrentan los residentes del norte» (infiltración, ataques directos con misiles y lanzamiento de cohetes), porque no incluye una zona de amortiguación donde Hezbolá y el Gobierno libanés tienen prohibido reconstruir viviendas.
La llamada «zona de amortiguación» es una vieja aspiración expansionista de Israel, que pretende apropiarse de una franja de 30 kilómetros de profundidad hasta las márgenes del río Litani y robar sus aguas. El acuerdo establece un cese de hostilidades de 60 días, con la esperanza de sentar las bases para una resolución a largo plazo.
Según se informa, el Líbano ya ha aceptado la propuesta y el ministro de Asuntos Exteriores libanés, Abdallah Bou Habib, expresó un optimismo cauteloso sobre el anuncio del acuerdo.
Bou Habib declaró que el ejército libanés está preparado para desplegar 5 000 soldados en el sur del Líbano una vez que las fuerzas israelíes se retiren. También señaló que Estados Unidos podría ayudar a reconstruir la infraestructura dañada por los ataques israelíes. Sin embargo, enfatizó que la presencia de Hezbolá sigue ligada a la actual ocupación israelí, diciendo: «No podemos detener la resistencia mientras haya ocupación».