Alvise recurrió al 'chiringuito financiero' para cambiar criptomonedas por efectivo sin fiscalizar para sus colaboradores
Álvaro Romillo, el empresario que confesó el pasado septiembre ante la Fiscalía General del Estado que entregó 100.000 en efectivo a Alvise, estuvo declarando por primera vez y durante más de 37 minutos en la Audiencia Nacional el pasado 20 de noviembre. Lo hizo como imputado por financiación ilegal de la campaña para las europeas de Se Acabó lo Fiesta (Salf).
Esta investigación se desarrolla en el marco de una pieza separada que abrió el magistrado José Luis Calama desde causa principal en la que investiga la supuesta estafa piramidal perpetrada a través de su empresa, Madeira Invest Club (MIC). Miles de antiguos inversores interpusieron una denuncia conjunta en la que aseguran haber perdido más de 100 millones de euros tras el cierre de este 'chiringuito financiero', como lo definió la Comisión Nacional del Mercados de Valores (CNMV). Aránguez Abogados es la única acusación popular en la pieza de la financiación y representa, a la vez, a miles de afectados en el procedimiento de la macroestafa.
La relación entre ambos hechos es que este montante de dinero en metálico que recibió el político salió de Zentinel, una de las empresas que formaban parte del entramado de MIC y a través de la que ofrecían cajas fuertes como "consignas fortificadas" para salvaguardar bienes de valor.
El empresario comenzó matizando, ante las preguntas del titular del Juzgado Central de Instrucción número 2, que con el escrito que dirigió a Fiscalía no pretendía denuncia al eurodiputado, sino "poner de manifiesto" cómo le conoció y "cuál es la relación" que mantuvieron.
Se decidió, según dijo, a presentar este escrito tras ver bloqueadas las cuentas de Madeira Invest Club y considerando que esto tuvo relación directa con su vinculación a Alvise. Reforzó esta idea "la presión" que, dijo, comenzó a ser víctima.
Romillo identificó a la persona que le entregó el dinero al parlamentario europeo como Borja Lara Varas, que trabajaba en esta empresa, y aseguró que el origen de estos 100.000 euros no era parte de lo que guardaban allí sus clientes, sino de las comisiones que cobraban en los servicios monetarios que prestaba Zentinel. Nunca firmaron un recibo pues, alegó, sus acuerdos tuvieron lugar siempre desde la confianza mutua.
El Ministerio Fiscal le pidió que explicase el origen de su relación con Alvise. Romillo desveló que lo conoció en el año 2022, cuando aún no existía MIC y él solo se dedicaba a ser 'CryptoSpain'. Vio un vídeo en el que el entonces controvertido activista anunciaba su intención de abandonar España.
Entonces, Romillo le mandó un audio ofreciéndole hacer un directo en redes sociales para hablar de fiscalidad. Él nunca le contestó a esta propuesta, siempre según el relato que desplegó en sede judicial.
Este mismo año, Alvise le habló por Instagram para hacerle saber que le parece "muy interesante" lo que dice bajo el apelativo de 'Luis Cryptospain' en redes y le hace ver que le gustaría abordar un tema con él. Por si accede, le deja su número de teléfono.
En su primera conversación, por vía telefónica, Alvise -explicó el empresario- le contó que personas del mundo 'crypto' en Dubái le habían hablado de él.
El pasado abril, el político le planteó la necesidad que tenía de que se le facilitase una wallet en la que pudiese ingresar 10.000 euros que tenía en una token de Ethereum. Su interés era que Romillo le posibilitase cambiar estos activos financieros por 10.000 euros en efectivo sin fiscalizar. Así ocurrió. Borja quedó con él y le entregó este dinero que salió también de Zentinel.
El problema surgió cuando, al revisar las criptomonedas que decía tener, descubrieron que "no existían" y "le habían engañado", según narró ante el juez Calama. Romillo y su colaborador no pusieron mayores problemas, le dijeron "no te preocupes, te apoyamos" y le dejaron irse con el dinero hasta que encontrase una solución.
Días más tarde, Alvise vuelve a ponerse en contacto y le reclama que le envíe una wallet en la que pueda ingresarle los 10.000 euros que le adeuda. "Nunca" se lo rembolsó, pero porque "tampoco le mandé yo la wallet", aclaró.
Finalmente, como era el empresario el que tenía acceso a las carteras de activos que había creado para Alvise y la recogida de donaciones, se quedó "los 7.000 y pico que recibieron en la wallet y los mandé a otra nuestra". "Alvise nunca tuvo acceso", subrayó
Puso, de igual forma, sobre la mesa en su declaración como imputado que la cabeza visible de Salf precisaba de tanto efectivo porque con él pagaba a sus 'ardillas', que son colaboradores dedicados en teoría a investigar y conseguir pruebas de delitos e irregularidades cometidas por miembros de las altas instancias del Estado.
Le dio al político un dinero que necesitaba a cambio de "favores futuros"
El fiscal le pregunta en un momento del interrogatorio "¿cómo iban a retribuir los servicios del señor Alvise para que favoreciera o publicitara su negocio?". Romillo expuso que no se definió en ningún momento qué tenía que hacer Alvise a cambio. No era para (ni solo) promocionar a través de su figura MIC, ni tampoco -dijo el propietario-, como incidió el representante del Ministerio Fiscal, con la intención de que la comunidad de Alvise (de dos millones de personas) se pasase a la suya (estimada en 200.000 personas).
En palabras de Romillo, "nosotros no habíamos definido cómo vamos a ganar dinero con Alvise, sabemos que su posición nos va a traer rendimiento económico, nos va a traer contactos, difusión y vamos a ganar dinero". Todo se basaba, afirmó, en que el le da un dinero que "necesita y solicita de forma insistente" para los gastos de su campaña electoral para las últimas europeas "a cambio de favores futuros" .
Alvise le avisó de que le investigaba la UCO
Estalló públicamente la información de su vinculación a raíz, según explicó Romillo en la Audiencia, a raíz de un usuario que en Twitter les relacionó en base a que la trazabilidad de la wallet que un día usó Alvise para pedir donaciones y luego Romillo se quedó para cobrar la mayoría de la deuda de 10.000 euros que tenía con él.
A partir de ahí ve como congelan las cuentas de Madeira Invest Club y habla con el político, que es quien le informa de que le estaría investigando la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Esa información que le facilita "ya me hacía sospecha". Le dijo también el eurodiputado cosas como "van a venir contra nosotros" o "tener relación conmigo es peligroso".
Romillo decide contarlo todo ante la Fiscalía General del Estado. Cuando se entera a través de la prensa de su movimiento, Alvise le dice "sé que has puesto esto, te vas a arrepentir, no colabores con ellos, vienen a por mí" y, seguidamente, cortan comunicación.