Christine Lagarde instó a los líderes políticos de Europa a cooperar con Donald Trump en materia de aranceles y comprar más productos hechos en EU, advirtiendo de que una guerra comercial enconada hace que se corra el riesgo de acabar con el crecimiento económico mundial.La directora del Banco Central Europeo (BCE) dijo, en su primera entrevista desde que Trump ganó su segundo mandato presidencial, que lo que la Unión Europea necesita hacer es “no tomar represalias, sino negociar” con un presidente electo que ya amenazó con un arancel general de hasta el 20 por ciento sobre todas las importaciones estadunidenses que no sean chinas.Lagarde también advirtió de que una “guerra comercial en general” no “beneficia a nadie” y conduciría a “una reducción global del PIB”. En respuesta a las afirmaciones de Trump de que podría “hacer a Estados Unidos grande de nuevo”, la jefa del BCE dijo: “¿Cómo haces que Estados Unidos sea grande de nuevo si la demanda global está cayendo?”.La victoria de Trump generó preocupación entre los gobiernos nacionales y los funcionarios en Bruselas, que temen que los aranceles eliminen el gran superávit comercial que tiene la Unión Europea con EU y que los gravámenes estimulen a los fabricantes de la región a trasladar la producción allí.Lagarde dijo que Europa debería abordar un segundo mandato de Trump con una “estrategia de chequera” en la que se ofrezca “comprar ciertas cosas de Estados Unidos”, como gas natural licuado y equipo de defensa. “Este escenario es mejor que una estrategia de represalia pura, que puede conducir a un proceso de ojo por ojo donde nadie sale realmente un ganador”, dijo la presidenta del BCE.La Comisión Europea, que dirige la política comercial de los 27 estados miembros de la Unión Europea, todavía evalúa cómo respondería.El aumento de las compras de exportaciones estadunidenses, incluidos los productos agrícolas, así como el GNL y las armas, están entre las opciones que se están considerando, de acuerdo con los funcionarios que participan en los preparativos. El bloque también se prepara para permitir que las empresas estadunidenses participen en iniciativas para apoyar la adquisición militar conjunta con dinero de los contribuyentes de la Unión Europea y para alinearse más estrechamente con la Casa Blanca en sus políticas comerciales y geopolíticas con respecto a China.Lagarde se muestra inusualmente franca como banquera central al expresar su opinión sobre el presidente electo de EU, al decir a principios de este año que un segundo mandato de Trump es “claramente una amenaza” para Europa. Ella le dijo al Financial Times esta semana que el comentario fue “profético”.“Basta con mirar los debates que tenemos en muchos países de Europa”, dijo.Su homólogo en la Reserva Federal, Jay Powell, de manera cautelosa ha evitado opinar sobre Trump, a pesar de que durante su primer mandato tuiteó que el presidente del banco central de EU posiblemente era un “enemigo más grande” para la economía estadunidense que China.Lagarde dijo que su opinión con respecto a cómo manejar un segundo mandato de Trump “cambió un poco” en el transcurso de 2024, y dijo que también es responsabilidad de Europa usar el resultado de las elecciones estadunidenses para impulsar cambios muy necesarios en una economía que tenía dificultades para mantenerse al día con sus rivales.“Ahora depende de nosotros -los europeos- transformar esa actitud de amenaza nuestra en un reto al que tenemos que responder”, dijo la presidenta del BCE. Si bien cuestionó las afirmaciones de que Europa está enfrascada en una crisis, la situación actual fue “un gran despertar”.Lagarde estuvo de acuerdo con el diagnóstico de su predecesor Mario Draghi de que la Unión Europea necesita tomar medidas drásticas para recuperar su competitividad económica, después de tener dificultades para mantenerse al día con EU en las últimas décadas.“Europa se está quedando atrás. Pero no diría que Europa no pueda recuperar terreno”, dijo.Los economistas creen que la amenaza de Trump de imponer aranceles significativos a las exportaciones chinas a EU podría llevar a los fabricantes de Beijing a inundar los mercados europeos con sus productos, lo que representaría una amenaza adicional para la competitividad interna.El dumping de productos baratos exacerbaría las tensiones entre la Unión Europea y China, uno de sus principales socios comerciales, y ejercería más presión sobre una región acosada por el estancamiento económico desde que se desató la pandemia de Covid-19.El presidente del BCE dijo que los responsables de la formulación de políticas deben monitorear cuidadosamente ese “escenario de desvío” de los productos chinos.Durante su campaña, el presidente electo amenazó con imponer un arancel del 60 por ciento a todas las importaciones chinas.La noche del lunes, Trump dijo que impondría un impuesto del 10 por ciento a Beijing desde su primer día en el cargo, en represalia por la poca acción de China para acabar con la fabricación de sustancias que se utilizan para producir fentanilo.Lagarde habló con el FT el lunes por la mañana, antes de los comentarios de Trump.Lagarde pidió a Europa que dejara de lado la retórica de campaña de Trump y que se enfocara en los detalles de sus propuestas hasta el momento, argumentando que es “interesante” que sugiriera introducir aranceles de entre el 10 y el 20 por ciento sobre las importaciones no chinas.“El hecho de que se establezca un rango significa que se está abierto al debate”, dijo, añadiendo que esto creó la oportunidad de “sentarse a la mesa y ver cómo podemos trabajar juntos”.Si bien Lagarde dijo que es demasiado pronto para evaluar las implicaciones de los aranceles estadunidenses sobre la inflación en la eurozona, en general, dijo que “si acaso”, el efecto será “tal vez...un poco inflacionario neto en el corto plazo”, apuntando a una probable reducción de la actividad económica y oscilaciones en los tipos de cambio. “Pero se podría argumentar en ambos sentidos”, añadió. “Depende de cuáles sean los aranceles, a qué se apliquen y durante qué espacio de tiempo”.Para Europa, la postura de la administración entrante de Trump sobre el comercio y la cooperación transatlántica fue un “acelerador del reinicio que necesitamos”, dijo Lagarde.Destacó la idea que hay desde hace mucho tiempo de crear un mercado único de capitales en Europa -la llamada Unión de Mercados de Capitales- e instó a la Unión Europea a “avanzar rápidamente” con eso. La idea se propuso por primera vez por la Comisión Juncker en 2014, pero hasta ahora, la oposición interna en muchos de los estados miembros de la UE27 la ha frenado. “Nunca he visto un nivel de comprensión y entusiasmo como el que tenemos ahora”, dijo Lagarde.Pidió que la supervisión de los mercados de capitales se traslade de las 27 autoridades nacionales de la Unión Europea a la Autoridad Europea de Valores y Mercados. “Deberíamos tener un solo supervisor” que “opere como la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés)”, dijo Lagarde, refiriéndose al regulador de los mercados de capitales de EU.Cuando se le preguntó sobre la opinión de que la economía de Europa está tan anticuada y anquilosada que el continente se está convirtiendo en un “museo”, Lagarde bromeó diciendo que “es un museo bastante atractivo, si me preguntan”.Señaló una “enorme cantidad de innovación” en todo el continente, y citó como ejemplo el sector agrícola holandés: “¿Sabían que los Países Bajos son el segundo mayor exportador de productos agrícolas del mundo? ¡Miren el tamaño del país!”.Cuando se le preguntó sobre la crítica común de que los tomates holandeses carecen de sabor, respondió: “Pero te los comes”.Información adicional de Henry Foy en Bruselas.