¿Tendencia irreversible?
Si unas décadas atrás alguien hubiera dicho que Cuba estaría en el borde del top ten del ranking mundial de béisbol masculino, lo menos que un seguidor de este deporte hubiera respondido es que, aunque ambos sean espectáculos, béisbol es una cosa y humor otra.
Pero pasó el tiempo, y las pródigas minas doradas que repletaban de trofeos las oficinas de los jerarcas de la pelota en Cuba cambiaron poco a poco de dueños; hasta algunos que por entonces no sabían cómo ponerse un guante en las manos han conseguido subir en el escalafón, mientras la Isla que fuera «reina y señora» entre las dos rayas de cal anda ahora por un impensable décimo lugar.
En la más reciente actualización del listado de la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol (WBSC), a pocos días de concluido el Premier-12, Cuba mantuvo su paso hacia atrás, cayó otro peldaño, y si por ahora no peligra su participación en la próxima edición del segundo torneo en importancia de selecciones beisboleras se debe a que los organizadores subieron de 12 a 16 el número de equipos invitados.
Pero al seguir afincándose en la retaguardia, cada vez más lejos de la avanzada en la que éramos «jefes», llegará el momento en que aparecerán con más fuerza quienes «emigren» de deporte nacional, cuando hay otros, incluso con menos linaje e historia, que sí están enfrascados en dotar a Cuba de éxitos y orgullo.
En el deporte se premian resultados y victorias, no esfuerzos ni justificaciones. La mayoría, para no ser absoluto, se sienta en las gradas para ver ganar su equipo o atleta favorito.
El onceno lugar en el Premier-12 , después de un largo período de entrenamiento con una igualmente prolongada gira asiática, ratifica que las cosas siguen haciéndose igual (a lo mejor por caminos diferentes, pero llegando al mismo destino), y, por tanto, la nota es la misma: suspenso.
Las palmas para Venezuela que ascendió al tercer puesto en el ranking global, tras sumar los puntos conseguidos en el Premier-12 como resultado de su cuarto lugar en la tabla de posiciones de ese torneo.
Los morochos solo son superados en escalafón por Japón y Taipéi de China, y aparecen a la cabeza de América, por delante de México (cuarto), Estados Unidos (quinto), Panamá (octavo) y Puerto Rico (noveno).
Para la actualización del ranking se toman en cuenta todos los torneos organizados por la WBSC, incluido el Clásico Mundial, desde 2021.
Cuba, décimo con 3096 puntos, tiene soplándole en la nuca a República Dominicana (2745), mientras Colombia (13) y Nicaragua (16) buscan también remontadas dentro del selecto grupo de los 20 mejores del mundo.
El 2024 deja para Cuba como mejor resultado un insípido bronce en la Copa del Caribe, en la que nuestra selección fuera campeona el año pasado, y el cuarto lugar en el Panamericano sub-18 que aseguró, al menos eso se pudo, un cupo mundialista.
En términos de puntaje solo añadió 401 unidades en estos últimos doce meses, el menos que «engordó» sus cuentas entre los 13 primeros del listado mundial, y ese dato dice mucho de su tendencia a la caída.
Si gusta de las comparaciones, pongamos los datos de algunos vecinos en la región: Venezuela agregó 1582 puntos en 2024, Puerto Rico creció en 1301, Panamá en 941, Nicaragua en 927 y Colombia adicionó 427 unidades en semejante lapso.
Si hace unas décadas semejante descenso en el ranking hubiese provocado risas al estilo del mejor humor, hoy, vistos los hechos más recientes, lo que lamentablemente produce es mucho dolor.
El décimo lugar no debe ser, ni podemos conformarnos con que sea, el lugar de Cuba en el béisbol mundial. Solo con decisiones oportunas y sabias, antes del «out 27», se puede revertir el marcador.