La cámara se acerca al hombre. Lleva largas rastas, barba de varios días, un saco a la espalda y bastón. Su aspecto es notoriamente descuidado. Muestra sus pies descalzos. « Seis años sin zapatos », dice a la cámara sobre una carretera de alquitrán gastado en medio de un valle rodeado de montañas. Nadie diría que es Álex Pons, hijo de la leyenda del motocicismo Sito Pons . También él pudo serlo, cuando era una joven promesa de ese deporte, pero ahora es un tipo inmerso en un viaje físico y espiritual en busca de Dios o Alá. Entonces mira de nuevo a la cámara y anuncia: «Mi historia es larga...». Muchos fans del motociclismo han vuelto a evocar la figura de aquel muchacho, hijo del mito, que una vez fue llamado a la sucesión. E se proyecto de nuevo campeón llegaría a competir en Moto2 entre 2011 y 2017 , participando en 144 carreras. Compaginaba el motociclismo con los estudios y llegaría graduarse en Dirección de Empresas Tecnológicas en la Business Engineering School de la Salle . Pero su carrera nunca acabaría de despegar y en 2018, con 27 años, tomaría su primera decisión drástica: dejar atrás el alquitrán y el ruido de los motores para dedicarse al diseño de moda. Aquello tampoco duraría. Nada conseguía llenarle. Y entonces llegaría su segunda decisión drástica, pero amplificada hacia el infinito. Dejarlo todo . Adiós al diseño, adiós a su trabajo en una agencia de modelos, adiós a su novia. Necesitaba buscar un nuevo sentido a su vida y fue entonces cuando se entregó a un viaje místico que todavía dura y que parece muy lejos, probablemente demasiado, de acabar. Después de años desaparecido, una cámara del canal de YouTube Pakistan Tourism ha encontrado a Álex Pons. Lo ha localizado en el valle de Hunza, situado en los Gilgit-Baltistán de Pakistán. Su capital es Karimabad y por allí pasa la carretera del Karakórum, que une Pakistán con China. Cuenta la leyenda que sus habitantes superan con facilidad el siglo de vida . Solo es eso, una leyenda. La región también es conocida también por el mito de ser el lugar en el que se encuentra Shangri-lá, la tierra de la eterna juventud . Y fueron esas tierras las que inspiraron a James Hilton para escribir su novela 'Horizontes Perdidos', donde se leía: «Si hubieras pasado por todas las experiencias que he vivido yo, sabrías que hay momentos en la vida en que lo más cómodo es no hacer nada en absoluto. Las cosas te ocurren y tan solo dejas que sucedan». Ahora es Álex Pons quien habla de lo que le ha llevado hasta allí: « El deseo de completar la unión con Alá o Dios , y esta es nuestra manera de rezar y practicar: caminando». Un cambio que inició hace tres años para atravesar ya una decena de países. Antes realizó una travesía de 15 meses desde España a Pakistán y eso fue lo que le cambió la vida. Literalmente. « Normalmente ando sin zapatos, es precioso », asegura con mirada nerviosa. Pero hay otro vídeo todavía más revelador y que no ha sido tan publicitado. Es del canal de YouTube Wahaj Ali.B y en él aparece sentado en una silla . Habla primero con un niño y luego con la persona que lo está filmando. Cuando le preguntan su nombre, primero dice «Isa» y luego aclara que su nombre de nacimiento era «Álex». «Mi historia es muy larga, pero puedo decirte que desde que empecé a caminar hace tres años, decidí soltar todo el peso y simplemente coger una mochila y caminar », le dice al niño. «Hace unos 15 meses, cuando me sentí preparado, decidí empezar a caminar hacia el este, hacia el sol. Esto es lo que he estado haciendo este último año, y ha sido hermoso», añade. Álex Pons afirma que la transición de las carreras de motos a su nueva vida se produjo cuando empezó a pensar acerca del sentido del estilo de vida de las carreras. «En algún momento, empecé a cuestionarme cuál era el sentido de vivir una vida tan rápida. Empecé a ir cada vez más lento, cada vez más lento, hasta ahora , donde camino despacio, despacio, apreciando los detalles de la vida». Fue entonces cuando decidió marcharse. En más de un sentido. Si Forrest Gump decidió correr, él optó por lo contrario. En una especie de venganza particular, eligió la lentitud, la pausa. «No es nada especial, llegó de forma natural. En algún momento, nada tenía más sentido que caminar y entregar todo el peso que habíamos ido acumulando durante nuestra vida , y solo desear la unión completa con Alá, o con Dios», argumenta. ¿Y su padre? Premio Príncipe de Asturias del Deporte en 1990, Sito Pons también permanece fuera del foco. Como su hijo, pero muy diferente. Le han buscado para saber qué opina del místico viaje de su hijo , pero de momento no ha contestado las llamadas. Se sabe que vendió su equipo de Moto2 después de 42 años de trayectoria y poco más. Muy lejos está su hijo, quien ahora habla de «una nueva vida», pero esta ya no pertenece a este mundo, sino al suyo. O al de lo que persigue. « Soy de Alá. Pero nací en Barcelona, España », advierte. Sigue descalzo, camina solo y su búsqueda prosigue.
