Espadas desdeña las voces que le piden apartarse para facilitar el relevo en el PSOE andaluz y va al choque de trenes

El 41 Congreso Federal del PSOE, celebrado este fin de semana en Sevilla, se ha cerrado este domingo a mediodía sin que Pedro Sánchez señale con el dedo a Juan Espadas, que a partir de este lunes comienza una carrera de obstáculos para su renovación como secretario general de la federación andaluza, con meta en el congreso regional, que se celebrará en Armilla (Granada), el 22 y 23 de febrero, a las puertas del Día de Andalucía.

“Gracias, querido Juan, por la hospitalidad de Andalucía, esta extraordinaria tierra que volverá a ser socialista. Lo volverá a ser”. Punto. El presidente del Gobierno no se ha metido en más. Espadas tampoco lo esperaba o, al menos, así lo ha explicado minutos después a la salida del congreso, subrayando que el secretario general del partido debe respetar la neutralidad ante unas primarias.

El dirigente andaluz “no necesita”, dice, expresiones de apoyo de Sánchez en el cónclave socialista porque “sabe que tenía todo su respaldo”. Ahora cada cual interpreta las palabras y los silencios, y el PSOE andaluz -en ebullición interna- vino a este cónclave socialista a leer entrelíneas. Y entrelíneas se lee de todo.

Del extenso y altiplano discurso de Espadas en la apertura del Congreso -de 22 minutos-, algunos socialistas interpretan que el dirigente andaluz desaprovechó una oportunidad de oro para presentar sus credenciales a las puertas de una batalla por la reelección. Esto lo piensan propios y extraños.

El exalcalde de Sevilla sale de Fibes con sensación de victoria, y sin embargo, se han alzado más voces críticas que trascienden el espacio, hasta ahora desordenado, de quienes ya venían promocionando públicamente su relevo. Un dirigente provincial, desde el anonimato, se llevaba esta conclusión en el cierre del Congreso: “Él todavía no ha dicho que se va a retirar, tendría que verlo. Tendría que tener esa generosidad y ese gesto”.

Espadas convocará este lunes la ejecutiva regional para el próximo 10 de diciembre, el comité director para el día 20, las precandidaturas para las primarias a liderar el PSOE-A (más de 40.000 militantes) se presentarán ya después del periodo navideño -entre el 7 y el 10 de enero; la votación será el 10 de febrero, y el congreso regional una semana antes del 28 de febrero (28F) -Día de Andalucía-, “para reafirmar de manera clara que Andalucía tiene un proyecto socialista que es alternativa de gobierno a la derecha”, ha dicho.

El exalcalde de Sevilla se presentará, no ha pensado en tirar la toalla y quiere plantar cara a sus críticos, que aún buscan un candidato. “Yo tengo un proyecto de desarrollo económico, de riqueza para Andalucía, de redistribución justa, de superación de problemas e inquietudes históricas que tiene esta tierra y que aún no ha superado”, ha anunciado, como arranque de su precampaña. Y ha añadido un mensaje a sus rivales: “Esto no va de voces individuales ni críticas personales, sino de un proyecto, un equipo y el respaldo mayoritario de la militancia”.

Sin críticos en el Comité Federal

El Comité Federal del PSOE, el órgano más importante entre congresos, contará con 21 andaluces entre sus 108 miembros elegidos este domingo con el 90% de los votos a favor en la clausura del 41 Congreso federal.

El secretario general de los socialistas andaluces -anfitrión y presidente del cónclave- ve como un “éxito” propio frente a las corrientes críticas que tratan de moverle la silla la lista de nombres que ha conseguido meter en el Comité Federal, órgano de representación territorial, y que cuentan necesariamente con la connivencia de Pedro Sánchez.

No hay críticos en esta lista y, sin embargo, destacan ausencias y nombres nuevos que dejan entrever los contrapesos entre oficialistas y díscolos que se van a disputar la dirección regional en el congreso de finales de febrero.

Mientras Espadas esgrime como un “éxito” los nombres del máximo órgano de decisión entre congresos, los críticos se revuelven: advierten de que el Comité Federal es de “segundo rango”, y señalan que en la nueva Ejecutiva de Sánchez, el líder del PSOE andaluz “no ha metido a nadie”. Hay siete andaluces, pero ninguno de ellos representa cuota espadista: María Jesús Montero (vicesecretaria general), Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (Política Institucional), Juanfran Serrano (adjunto a Organización), Paco Salazar (Acción Electoral) y Ana Romero (Agricultura) repiten, y cada uno de ellos se ha ganado los galones y la confianza del presidente del Gobierno.

Sale uno de los nombres que sí propuso Espadas en el último Congreso Federal del PSOE en Valencia -María Nieves Ramírez-, y entran otros dos andaluces: Anabel Mateos, de Almería, como secretaria de Municipios del Litoral; y una vocalía para Jorge Gallardo, el alcalde de Cártama, uno de los pocos municipios grandes que gobiernan los socialistas en la provincia de Málaga.

“Hay Espadas para rato”

“Estoy satisfecho de la reunión con el presidente. El PSOE andaluz va a tener mucho peso en la ejecutiva federal. Hay Espadas para rato y si quedan rescoldos, mañana daré una rueda de prensa”, dijo Juan Espadas a un corrillo de periodistas, el sábado por la noche, mientras los operarios desmontaban y montaban los escenarios para la clausura del Congreso. En la ejecutiva, los críticos le niegan esa influencia, pero en el Comité Federal admiten que ha logrado orillarles. “En eso ha tenido al lado a Ferraz, en Madrid no quieren líos, van a dejar hacer en Andalucía, y que gane el mejor”, concede un crítico.

El nombre más significativo es uno que desaparece del Comité Federal, el secretario general del PSOE de Cádiz, Juan Carlos Ruiz Boix, que se ha decantado abiertamente a favor del “relevo” de Espadas y apoya una alternativa aún sin candidato. En su lugar, hay otros líderes provinciales que han cerrado filas con el exalcalde de Sevilla o que no se han dejado llevar por el canto de sirena de los críticos. Ahí están el secretario general de Jaén, Francisco Reyes, el de Málaga, Daniel Pérez, la de Córdoba, Rafaela Crespín, y la de Huelva, María Eugenia Limón.

Los dos últimos están muy cuestionados en sus territorios y, probablemente, se enfrentarán a rivales internos en unas primarias cuando toquen los congresos provinciales. El caso de Reyes es distinto. El líder jiennense es el único que ha conservado el poder en la Diputación Provincial, que mantuvo con mayoría absoluta, mientras el PP arrasó en las municipales y arrebató al PSOE alcaldías y otras diputaciones (todas, excepto Jaén y Sevilla).

Reyes ha mantenido cierta cautela y silencio los días precedentes al congreso federal y, este sábado, hizo unas declaraciones desde el mismo salón plenario que dejó en el aire su apoyo a Espadas. Su inclusión en el Comité Federal parece indicar que ha habido una negociación previa con el líder andaluz para asegurarse, al menos, que Jaén no se le levantará en armas cuando lleguen las primarias. También está el secretario de Organización del PSOE andaluz, Jacinto Viedma, otrora número dos de los socialistas jiennense y mano derecha de Reyes.

El otro anclaje sólido de Espadas es Javier Fernández, secretario general del PSOE de Sevilla, que el sábado jugueteó con la ambigüedad respecto a su apoyo al exalcalde de Sevilla. “De momento, es el mejor candidato”, dijo. La prensa, con unanimidad, entendió que había eludido firmar un respaldo cerrado a Espadas en medio del Congreso federal, cuando las voces críticas empezaban a coger volumen. Este domingo ha llegado al recinto de Fibes dispuesto a disipar las dudas. “Juan Espadas cuenta con todo mi apoyo. Había dado el paso adelante y, evidentemente, mi compromiso personal y político lo tiene”, ha zanjado.

Fernández aglutina varios trabajos complicados: es líder del PSOE de Sevilla, presidente de la Diputación provincial y alcalde de La Rinconada. Su nombre no está en el Comité Federal, pero sí el de personas próximas a él: Rafael Recio, secretario de Organización, Paco Rodríguez, alcalde de Dos Hermanas, Ana Isabel Jiménez, alcaldesa de Alcalá de Guadaíra, y Francisco Toscano Sánchez, histórico dirigente y exalcalde de Dos Hermanas.

La provincia andaluza que más miembros tiene, junto a Sevilla, es Córdoba, un volumen que también hay que interpretar en clave de disputa interna: está Crespín, la secretaria provincial que esta misma semana deslizó sus dudas sobre el proyecto de Espadas; los exministros Carmen Calvo y Luis Planas, y el alcalde de Montilla, Rafael Llamas.

Espadas ha reclutado en Cádiz, la única dirección provincial que se le ha rebelado abiertamente, a personas críticas con Ruiz Boix, como la exlíder provincial y diputada en el Parlamento Irene García; los hermanos Román: José María Román, alcalde de Chiclana; y Rafael Román, que presidirá la Comisión de Ética y Garantías; y Fran González.

En Málaga, donde los socialistas llevan años perdiendo las municipales y fuera de las alcaldías más importantes, que están prácticamento todas en manos del PP, se avecina un choque de trenes fuerte. La dirección de Dani Pérez está muy discutida desde dentro y sus críticos empiezan a mover el nombre del diputado Josele Aguilar, miembro de la ejecutiva de Espadas, como posible rival en el congreso provincial. Espadas ha metido a Pérez en el Comité Federal y también a María Nieves Ramírez, que sale de la Ejecutiva de Sánchez.

De Huelva, que también vive un cisma interno, entra la secretaria general María Eugenia Limón, muy contestada por uno de los críticos más significados contra Espadas, el veterano diputado en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez. Junto a ella está también el nombre de María Luisa Faneca, que también estuvo en la Ejecutiva federal.

En Granada, el líder provincial, José Entrena, está de salida. Previsiblemente no repetirá como candidato en el próximo congreso provincial, pero su respaldo a Espadas deja un rastro. En el Comité federal entran dos granadinos, el exalcalde de Jun, José Antonio Rodríguez Salas -un sanchista de primera hornada- y Elvira Ramón. Almería sólo cuenta con un nombre en el Comité federal, el de Indalecio Gutiérrez Salinas.