Si las de la Costa del Sol eran las playas de Córdoba, Tivoli World era su parque de atracciones, el lugar en el que los niños se daban cuenta de que tenían al alcance de la mano las diversiones que sólo conocían por la televisión en lugares lejanos. Los periodistas Lucía Muñoz Lucena y Sergio Rodrigo se tropezaron primero con la realidad de su cierre, con las manifestaciones de los trabajadores y escarbaron en la memoria. Lo cuenta Lucía Muñoz: «Nosotros somos de Aguilar de la Frontera . Mi madre era de una familia de seis hermanos y hermanas, que trabajaban en el campo, y para ellos no era fácil asistir a un concierto. Y en Tivoli sí que lo tenían: cogían un autobús en Aguilar y podían asistir a un concierto de Isabel Pantoja , y era para todo tipo de familias». Quisieron a partir de ahí contar su historia y hacerlo con imágenes, con un documental que fue tomando forma con testimonios y también con la memoria quienes pasaron por el parque de atracciones de Arroyo de la Miel , y que aportaron grabaciones caseras. La mayoría son cordobesas, desde el Súper 8 de los años 70 hasta las cámaras VHS de los 80 y 90, que dejaron constancia de los carruseles y de las atracciones más modernas. Todo eso cristalizó en una película documental que se llama precisamente 'Tívoli', y que este lunes se presentó en la III Semana del Cine de Córdoba, Cinema24 , con la presencia de sus directores y de algunos trabajadores. Tivoli acaba de cumplir medio siglo y fue el segundo parque de atracciones de España. La fundó un conglomerado de empresas danesas y españolas, y de hecho se inspiró en el país escandinavo, que desde 1845 tenía un parque de atracciones llamado Tivoli Garden. «Fue la inspiración de Walt Disney para hacer el suyo», cuenta Lucía Muñoz. En el documental se cuenta cómo pensaron levantarlo en construirlo donde ahora está el Palacio de Congresos de Torremolinos , pero el alcalde de entonces no lo vio claro. Y Enrique Bolín , alcalde entonces de Benalmádena, sí que vio la oportunidad y propuso al grupo inversor la zona en la que había levantarlo. Hubo un elemento que ayudó al proyecto y fue el tren de cercanías que ya empezaba a unir muchos núcleos de la Costa del Sol. Había prevista en el Arroyo de la Miel, muy cerca del futuro parque de atracciones, y lo hacía todavía más atractivo. Lo que entonces parecía remoto estaría casi al pie de la vía del tren. Tivoli se abrió el 20 de mayo de 1972 y tuvo su gran esplendor en las décadas de 1970, 1980 y 1990, la época de los tivolinos con los que se pagaban las atracciones. En el documental, que puede verse en este enlace , los trabajadores cuentan lo que vivían, hablan de las atracciones y de cómo los hijos de los profesionales pasaban allí las tardes, y de Bernt Olsen , el empresario que tenía a Tivoli casi como a un hijo. A los cantantes les gustaba ir. «Era la época de actuar en las ferias de los pueblos de cualquier manera, y allí teníamos un escenario de obra, con un anfiteatro», relata Miguel Ríos . La lista de quienes pasaron allí, de los Payasos de la Tele a Alejandro Sanz o Montserrat Caballé, no se acaba: «Era el 'Starlite' de la época». A principios del siglo XX ya se notaba el declive, que llegó dado por los problemas económicos de su propietario de entonces. Y apareció, como salvador, Rafael Gómez , que compró el parque. «Invirtió muchísimo en Tivoli, y trajo nuevas atracciones, pero el declive fue importante cuando lo detuvieron y procesaron por el caso Malaya», recuerdan los autores. Rafael Gómez da su versión y defiende todavía que la propiedad es suya, y no del grupo Tremon . Tivoli cerró el 15 de septiembre de 2020, de forma inesperada. Sus trabajadores, que lucharon por mantener su actividad y sus trabajos, lo cuidan para evitar el deterioro definitivo.