Francia al borde de crisis política por inminente caída del primer ministro
París. Salvo sorpresa, los diputados de izquierda y ultraderecha tumbarán este miércoles al gobierno del primer ministro francés, Michel Barnier, tras menos de 100 días en el poder. Esto ahondaría la crisis política en la segunda economía de la Unión Europea.
Barnier enfrenta dos mociones de censura en la Asamblea Nacional que se debatirán en horas de la tarde en Francia. Para prosperar, necesitan al menos 288 votos. Los grupos opositores que las impulsan suman alrededor de 330 diputados.
El primer ministro conservador, de 73 años, apeló a la responsabilidad de los legisladores para evitar la caída del gobierno. El panorama económico es tenso, con la prima de riesgo de Francia en niveles similares a los de Grecia.
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La inestabilidad en Francia y la crisis de gobierno en Alemania, que adelantó sus elecciones legislativas al 23 de febrero, podrían afectar a la Unión Europea. Esto ocurre mientras Donald Trump prepara su regreso al poder en Estados Unidos.
“El interés del país es más importante que el interés de los partidos”, subrayó el presidente francés, Emmanuel Macron, el martes desde Arabia Saudita. Además, intentó calmar a los mercados al asegurar que la economía es “fuerte”.
Los inversores, según John Plassard, experto de Mirabaud, habrían anticipado la caída del gobierno. La bolsa de París registró un aumento de 0,39 % en la mañana, tras cerrar con un alza del 0,26 % el martes.
Si el gobierno cae, Macron podría nombrar nuevamente a Barnier u optar por otro primer ministro. Sin embargo, los equilibrios parlamentarios se mantendrán iguales, ya que no se pueden convocar legislativas anticipadas hasta mediados de 2025.
Paso breve de Barnier en Francia
El éxito de la moción de censura convertiría al gobierno de Barnier en el más breve de la Quinta República francesa, iniciada en 1958. Sería también el segundo en caer, después del de Georges Pompidou en 1962 bajo Charles de Gaulle.
La crisis política actual comenzó en junio, cuando Macron adelantó las legislativas previstas para 2027. Esto ocurrió tras la victoria de la ultraderecha en los comicios al Parlamento Europeo en Francia.
Aunque el presidente centroderechista perdió la mayoría absoluta tras su reelección en 2022, los nuevos comicios dejaron una Asamblea Nacional dividida. Los bloques son izquierda, centroderecha y ultraderecha, sin mayorías claras.
El Nuevo Frente Popular (NFP), una coalición de socialistas, comunistas, ecologistas y la izquierda radical, ganó las elecciones. Sin embargo, Macron nombró a Barnier como primer ministro en nombre de la estabilidad, casi dos meses después.
Barnier contó con el apoyo del centroderecha de Macron y su partido conservador, Los Republicanos (LR). Su supervivencia dependía de Marine Le Pen, quien finalmente lo dejó caer.
La negociación de los presupuestos de 2025 fue el detonante. Aunque hubo concesiones, Le Pen exigió que el gobierno no retrasara la revalorización de las pensiones de enero a julio, algo que no logró.
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‘Política ficción’
El presupuesto del gobierno buscaba reducir el déficit, proyectado en 6,1 % del PIB en 2024, y la deuda pública, que se situó en 112 % del PIB en junio. Propuso reducir el gasto público y aumentar impuestos temporales a grandes empresas.
Marine Le Pen criticó este enfoque. En la red social X, calificó el presupuesto como “continuidad desastrosa de Macron” y afirmó que el fracaso de Barnier era inevitable.
En entrevista con TF1 y France 2, Barnier defendió su gestión. Aseguró que modificó el proyecto tras escuchar a diversos sectores y acusó a Le Pen de realizar demandas excesivas.
Más allá del presupuesto, los partidos perfilan sus estrategias para 2027. Macron no puede ser reelegido y enfrenta niveles históricos de impopularidad. Algunos sectores piden su dimisión, algo que calificó como “política ficción”.
Le Pen lidera las encuestas para alcanzar la presidencia. No obstante, podría ser inhabilitada por cinco años si la justicia falla en su contra en un caso de malversación de fondos europeos el próximo 31 de marzo.