La crisis política de Filipinas se agrava con la guerra abierta entre los Duterte y los Marcos
La vicepresidenta de Filipinas, Sara Duterte, se encuentra en medio de una intensa crisis política que ha acaparado la atención del país. La hija del ex presidente Rodrigo Duterte enfrenta un proceso de juicio político impulsado por una coalición de grupos de la sociedad civil, líderes religiosos y ex funcionarios del gobierno.
Estos sectores han presentado una queja formal acusándola de graves irregularidades y violaciones constitucionales, señalando el uso indebido de su cargo para enriquecimiento personal y su involucramiento en una retórica amenazante.
La ruptura entre Duterte y el presidente Ferdinand Marcos Jr., que anteriormente eran aliados, ha escalado a un espectáculo público que intensifica las ya existentes tensiones políticas en la nación. Este conflicto se ha desatado tras el colapso de la poderosa alianza política entre sus familias, que desempeñó un papel crucial en la victoria arrolladora de Marcos en las elecciones de 2022. Ahora, inmersos en una amarga disputa, ambos líderes se encuentran en el epicentro de una lucha por el poder que sigue de cerca la opinión pública.
Además, una investigación sobre el gasto de Duterte en su calidad de vicepresidenta y exministra de educación ha generado controversia, dando lugar a acusaciones de incompetencia y abandono del deber. La Cámara de Representantes, dominada por aliados de Marcos, deberá decidir si el caso de impeachment avanzará a juicio en el Senado, que tiene la última palabra en este drama político.
Duterte no ha eludido la controversia, tras hacer comentarios que insinuaban que había contratado a alguien para hacer daño al presidente Marcos, a su esposa y al presidente de la Cámara, Martin Romualdez, en caso de su propia muerte prematura. Aunque posteriormente aclaró que sus palabras fueron malinterpretadas, estas declaraciones han añadido más tensión a un panorama político ya de por sí volátil.