Apenas una semana después de que el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid presentara la obra de Wajdi Mouwad 'Journée de noces chez les Cromagnons', presentada por La Colline - théâtre national, que él mismo dirige, otro texto del autor libanés -«uno de los más dramaturgos más profundos, poliédricos y comprometidos de los tiempos actuales», en palabras de Mario Gas - sube a escena en los Teatros del Canal . Se trata de ' Todos pájaros ', una obra estrenada en 1917 en París y que llega ahora de la mano de Pilar de Yzaguirre , en un montaje que dirige el propio Gas y que interpretan Aleix Peña Miralles, Candela Serrat, Vicky Peña (que ha asumido el papel que inicialmente estaba previsto que interpretara Núria Espert ), Manuel de Blas, Pere Ponce, Anabel Moreno, Lucía Barrado, Juan Calot, Núria García y Pietro Olivera. 'Todos pájaros' es un 'Romeo y Julieta' contemporáneo , donde Capuletos y Montescos son judíos y árabes y Verona se traslada a Israel. Pero éste es solo el punto de partida. «Wajdi Mouawad no es un autor de 'agitprop' ni un autor didáctico. Tiene la vocación de explicar las historias narrativamente, con un lenguaje potente, directo, a veces metafórico, y con situaciones, personajes y relaciones envueltas en un clima poético. Al mismo tiempo, entra muy directamente y de manera muy dura a partir de lo que él conoce y ha sufrido en su propia piel, como un niño libanés nacido en una época de conflictos. Su mirada sobre ese lugar del mundo es una metáfora terrorífica de todo el desentendimiento que hay entre los seres humanos. Las identidades perniciosas, las paradojas de quererse uno y despreciar al otro, de no saber realmente quién eres; los conflictos del poder, las luchas ancestrales, los cuchillos clavados en la garganta individuales y colectivos a lo largo de generaciones... Todo eso genera un cuerpo que está presente en casi todas las obras de Mouawad». El propio autor se refiere a la leyenda del pez anfibio para aproximarse a su obra. Cuenta que un pájaro que surca el mar y ve los peces en su interior siente la curiosidad de entrar en su mundo, tan distinco. Alguien le advierte «Nunca te acerques a esas criaturas. No pertenecen a nuestro mundo ni nosotros al suyo. Si vas a su mundo, morirás; igual que ellos morirán si deciden acercarse a nosotros. Nuestro mundo los matará y su mundo te matará a ti. No estamos destinados a encontrarnos». El pájaro desiste pero años después decide probar, y en cuanto cruza la superficie del agua, le crecen branquias que le permiten respirar y les dice a los pecees que es uno más de ellos. «Esta historia de mutación -dice Mouawad-me conmociona por lo que dice de nuestra época, de nuestro mundo y de nuestra relación con el otro, con el enemigo, por así decirlo». La obra, sigue Mario Gas, «habla de los errores a los que te puede llevar la identidad, la paradoja, el azar. Y se crea un entresijo de relaciones humanas. Todas las identidades que se desarrollan por caminos falsos no son más que impedimentos para que todos nos entendamos y seamos lo que, en definitiva, somos: diferentes pero muy iguales». «El otro, el diferente, el extraño, el extranjero, todos, todos, somos o deberíamos ser 'nosotros' -añade el director-. El olvido de esta elocuente y rotunda realidad nos conduce inexorablemente a un lugar inhóspito: la casa de la hecatombe». No esconde Mario Gas su admiración por el dramaturgo canadiense de origen libanés, del que ya dirigió ' Incendios ', uno de los más desasosegantes y fascinantes montajes del teatro español reciente. «Es un autor que, cuando lo lees, te penetra, te desarma. 'Todos pájaros' tiene una estructura conceptual, poética, con reminiscencias de la tragedia griega, y además aborda, de una manera políédrica, el palestino-israelí, tan actual estos días, como metáfora de las fagocitaciones y enfrentamientos históricos entre comunidades que parece que son diferentes y no lo son tantos. Es un texto al que uno no se puede sustraer, y a cualquier director, al leerlo, le entran muchas ganas de ponerlo en escena».