Así es la tienda La Vella Flor, la evolución del universo de Martí Angrill y de su hotel La Vella Farga
La Vella Flor ha abierto sus puertas. Se trata de la nueva boutique de decoración situada en Solsona, en el corazón del Pirineo Catalán. La tienda es la nueva aventura de Martí Angrill, el empresario y decorador tras el reconocido hotel La Vella Farga: una masía de lujo en plena naturaleza, en Lladurs, que cuenta con el marchamo Relais&Chateaux.
Es una extensión del concepto y el encanto que caracteriza a La Vella Farga, ya que ofrece a los clientes la posibilidad de llevarse una parte de la esencia del hotel a casa. La tienda es el sueño cumplido de su propietario, Martí Angrill: “Con La Vella Flor voy a proyectar todo aquello que más me apasiona”, afirma. Martí Angrill, con una pasión innata por la decoración y la hospitalidad, ha creado en La Vella Flor un espacio donde el arte, la decoración y la gastronomía se encuentran. "Tanto La Vella Flor como La Vella Farga son un reflejo de mí mismo y de aquellas cosas que me gustan" comenta Martí. El origen de La Vella Flor se encuentra en L’Heritage, una pequeña tienda situada en las instalaciones del hotel La Vella Farga, que se desarrolló de manera espontánea para atender las peticiones de clientes que visitaban el hotel y querían adquirir algunos muebles o piezas decorativas del mismo. Tras varios años funcionando como tienda independiente, dentro del hotel, Martí decidió evolucionar el concepto y crear La Vella Flor.
La tienda ofrece una amplia variedad de productos, desde muebles antiguos restaurados hasta objetos decorativos contemporáneos procedentes tanto de mercados nacionales como del sur de Francia, así como de tiendas de antigüedades y de particulares que venden piezas únicas que solo se pueden encontrar en La Vella Flor. Además, cuenta con una sección de floristería donde se elaboran arreglos florales para todo tipo de eventos y también un espacio gastronómico, para disfrutar de un vino o un aperitivo tras visitar la tienda. La Vella Flor nace como un espacio vivo, donde tendrán cabida otras iniciativas relacionadas con el arte, la moda, la cosmética y la perfumería.
Para quienes no puedan desplazarse hasta el municipio de Solsona, La Vella Flor contará con tienda online (lavellaflor.com). El proyecto también ofrece servicios de interiorismo y restauración y es un reflejo del universo que Martí Angrill lleva años queriendo proyectar y compartir con los clientes, a pocos kilómetros de La Vella Farga.
Martí Angrill, junto a Gemma Ribera, rehabilitó una masía familiar del siglo XI hasta convertirla en La Vella Farga, hotel que inauguró en 2015 y que, en poco tiempo, se convirtió en uno de los alojamientos más especiales de Cataluña. El hotel, inspirado en las masías antiguas, está situado en el pueblo de Lladurs, a menos de 2 horas de Barcelona. Se encuentra en un entorno de 300 hectáreas de prados, bosques y olivos centenarios en el Pirineo catalán y es uno de los seis Relais&Chateaux de Cataluña.
La desconexión y la sensibilidad para ofrecer una experiencia de descanso y bienestar en plena naturaleza son las bases de la filosofía de La Vella Farga. El hotel combina calma, elegancia y naturaleza y cuenta con 14 habitaciones únicas y distintas entre sí, que mezclan arquitectura histórica, diseño contemporáneo y mobiliario restaurado y antiguo.
La propuesta gastronómica de La Vella Farga corre a cargo del chef Jordi Llobet, que oficia una cocina muy personal basada en la estacionalidad y el producto de cercanía, en la que la memoria del cocinero y la creatividad, son las claves. En Lladurs destacan productos artesanos como los quesos y embutidos de la zona, así como las setas y verduras de proximidad que varían según la época del año. El menú cambia íntegramente entre el invierno y el verano y ofrece carta y menú degustación, denominado “itinerario gastronómico”. El chef catalán cuenta con una dilatada trayectoria en algunas cocinas como El Cingle y L’O (1 Estrella MICHELIN), además de ser el promotor de la Escuela de Cocina Lleure (Manresa).
Para completar la experiencia, el hotel incorporará un spa en los próximos meses y, entre sus instalaciones, se encuentra una espectacular piscina climatizada con vistas al valle y al bosque.
y la decoración
Nacido en un pequeño pueblo del Alt Urgell, Martí creció en el seno de una familia dedicada a la agricultura y la ganadería. Desde joven, mostró interés por el diseño y la creatividad, ayudando a su madre a reformar espacios y jardines de la masía familiar.
Aunque se formó como delineante, su verdadera vocación siempre estuvo en el paisajismo, la decoración, la restauración y el diseño de interiores. Con el tiempo, decidió emprender nuevos proyectos y comenzó rehabilitando la masía familiar de L’Avellana, transformándola en una casa de turismo rural, seguida por la restauración de otra masía, Cirera d’Avall. Estos proyectos no solo revivieron un patrimonio familiar olvidado, sino que también se convirtieron en un legado para su familia.