Puede parecer ilógico, pero no son los asteroides grandes los que más preocupan a los astrónomos, sino los pequeños. Es cierto que un asteroide de 10 km es capaz de infligir un daño miles de veces superior al que causaría una roca de 'solo' un par de cientos de metros, pero también lo es que estas últimas son mucho más abundantes, y que siguen teniendo el poder suficiente para reducir a escombros una gran ciudad. Más abundantes, sí, pero sobre todo mucho más difíciles de ver. Hace 66 millones de años, el asteroide que acabó con los dinosaurios (y con el 80% de las especies vivas del planeta) tenía unos 10 km de diámetro. Y si un 'monstruo' de ese...
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