Inmune por ahora a la plaga de lesiones, que no han menoscabado su competitividad sino todo lo contrario, el Real Betis Baloncesto parece estar hecho de hormigón, como su defensa. La fortaleza de su bloque lo mantiene en pie en un momento peliagudo de la temporada. Con el temporal de las bajas azotando, ha sacado dos victorias de mucho peso: una en Castellón, impartiendo una lección de autoridad; y la otra, con el Alimerka Oviedo , madurando un partido que parecía escapársele, sujetándose con las yemas de los dedos a la cornisa de la victoria. Es un equipo maduro que baraja bien sus cartas con la astucia del veterano que se sabe el juego. Escapa airoso de muchas encrucijadas. Casi siempre encuentra la manera de hacer el jaque mate aunque sean pocas, pero de mucha calidad para la Primera FEB, las piezas en el tablero. Con ocho jugadores de la primera plantilla en estas dos últimas jornadas, no se le puede pedir más al competente plantel bien ahormado por Gonzalo García de Vitoria , al que no le da respiro el calendario. Si difíciles fueron sus dos anteriores comparecencias, no sólo por sus circunstancias sino también por la calidad de los rivales, este martes, en jornada intersemanal, el terreno se escarpa más con la visita a Santiago de Compostela para medirse a un recién descendido que aspira al regreso inmediato a la Liga Endesa: el Monbús Obradoiro. Un club de púrpura ACB que afronta una nueva etapa una vez concluido el largo ciclo con Moncho Fernández en el banquillo. Ahora, el jefe técnico del Fontes do Sar es un tocayo del entrenador verdiblanco, Gonzalo Rodríguez , a quien se le ha encomendado el exigente reto de devolver al equipo compostelano a la ACB, donde llevaba ya muchas temporadas plenamente consolidado. Con tal fin, le han puesto a su disposición una plantilla repleta de talento, gente experta y baqueteada tanto en la ACB como en la LEB Oro que, para más inri, se ha reforzado recientemente con los fichajes de Andronikashvili , base letón, y el checo Balvin , el siete pies captado por la cantera del entonces Cajasol que luego militó cinco temporadas en el primer equipo sevillano hasta su marcha en 2016, justo cuando el Betis se hizo cargo del club, en dirección al Bayern Munich. Luego jugó con el Estudiantes, el Gran Canaria y el Bilbao Basket, pero también ha estado en China, Japón y en las filas del Prometey ucraniano. El Obradoiro ha cazado a una excelente pieza en el mercado que debe darle un salto de calidad en la posición de cinco, donde ya estaba bien armado con el estadounidense Stephens y la veteranía de Stevic , uno de esos pívots a la vieja usanza nunca suficientemente valorados. Al Obradoiro se le han lesionado dos perimetrales, elexcajista Tomeu Tigo y el extudiantil Leimanis , de ahí que se haya movido rápidamente para reconfigurar la plantilla. Tienen muchos argumentos los gallegos. Y de peso pesado. Su gran artillero es Davison, un combo perimetral que se destapó la pasada campaña en Alicante, pero dispone además de un amplio surtido de jugadores capaces de abrir el campo con notables porcentajes: Arroyo Varela, Sergi Quintela, Millán Jiménez, Ale Galán, Micovic o el propio Stephens , quien con sus imponentes 2,13 metros ha metido 11 de los 24 triples intentados. Si se tratara de un automóvil, este Monbús Obradoiro vendría con todos los extras, que hasta de cincos que abren el campo con el tiro exterior está dotado. Un signo diferencial del que carece, por ejemplo, el Betis Baloncesto. Rematando los tableros, los verdiblancos atesoran más brega que brillo, aunque cualquiera lo diría tras el formidable partido de DeBisschop contra el Alimerka Oviedo. El de Oregón, que cada vez hace mejores migas con Renfroe y Cvetkovic , sobresalió con 18 puntos, ocho rebotes y dos asistencias para una valoración global de 26 créditos. Desde la discreción del segundo plano, sin acaparar focos ni titulares, ayuda mucho y también aporta intangibles para que la batería de perimetrales haga su trabajo. Con Micovic, Stephens, Galán y Balvin, menudo juego interior, Rubén López, Domènech, Kasibabu y el propio DeBisschop tendrán que multiplicarse en las ayudas y echar horas extras para tratar de controlar el rebote. Ahí también se fajará Radoncic, que vuelve a estar disponible tras los dos partidos de sanción. El Obradoiro anota un promedio de 82 puntos con un 41% en el triple y en defensa concede unos 75 de media con un 38% de sus rivales en el tiro exterior. Es decir, que se trata de un bloque sólido y consistente defensivamente como el propio Betis, que por cierto está frenando a sus adversarios en un promedio de 72 puntos. Una roca. Viene el Obradoiro de perder en Palencia (91-83), pero antes de ese tropiezo había enlazado un serial de cinco victorias seguidas ganando fuera de casa en Valladolid, San Sebastián y Zamora . Con seis triunfos y cuatro derrotas en el casillero, llega a este duelo con más presión que el propio Betis Baloncesto si no quiere perder más comba con el liderato, al que aspiran un ramillete de equipos. Entre ellos, claro está, el conjunto verdiblanco, camaleónico, capaz de adaptarse a todas las situaciones y tipos de partidos aunque su preferencia, más que el tiroteo descontrolado a campo abierto, sea un tempo más bajo, el cinco contra cinco en el que sus bases son referenciales, como demostró Cvetkovic en Castellón o Renfroe, con 25 puntos y seis asistencias , ante el Alimerka Oviedo. Puede pasarlo mal en los partidos, pero rara vez dimite el Betis y habitualmente encuentra una antorcha para iluminarse por oscuro que sea el camino. No es que le dé suspense voluntariamente a los partidos, es que en la Primera FEB hay rivales de nivel capaces de ponerlo contra las cuerdas y de hacerlo sufrir, y mucho. El viernes pasado pasó un mal rato, pero desde el comienzo del tercer parcial fue taponando la sangría defensiva, empleándose atrás con más intensidad, disciplina y revoluciones, para enderezar el partido y llevarlo a su terreno hasta que pudo darle el zarpazo a la presa para ya no soltarla. Hoy tendrá que subir el nivel mientras se afana por dosificar los esfuerzos y protegerse de las faltas . En las diez jornadas disputadas, el Betis Baloncesto ha ganado partidos de muchas maneras y no hay que olvidar el momento que pasa. Ha tenido a pocos jugadores profesionales disponibles y en un escenario así es muy difícil que ni el juego ni las prestaciones se resientan. En Castellón, ni se inmutó; contra el Oviedo, ya notó el desgaste; y este martes, en Santiago de Compostela, tendrá que competir hasta el límite, exprimiéndose ante un rival de mucho fuste. Otro reto mayúsculo para doctorarse en la categoría.
