Lo que la ley brasileña dice (y no dice) sobre incapacidad presidencial
Aunque la Constitución brasileña establece que el vicepresidente debe sustituir al presidente en caso de "impedimento" para gobernar, no aclara quién ni cómo debe evaluar su capacidad para cumplir con sus funciones.
Por ahora el gobierno de Brasil se maneja con la hipótesis de que el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva no necesitará tomar licencia, pese a que se encuentra hospitalizado desde la madrugada del martes a raíz de una cirugía de urgencia por una hemorragia intracraneal.
Lula, de 79 años, está internado en Sao Paulo y sólo podrá regresar a Brasilia la semana próxima. Aun así, el gobierno ha sugerido que no necesitará ser sustituido por el vicepresidente Geraldo Alckmin.
"En principio estamos considerando que no habrá necesidad de un apartamiento formal del presidente", dijo el ministro de Comunicación, Paulo Pimenta, a la radio Gaúcha.
El vicepresidente "sustituirá al presidente, en caso de impedimento, y lo sucederá, en caso de vacancia", dicta la Constitución de Brasil.
"El impedimento se refiere a una situación temporal, como un tratamiento de salud o viaje al exterior", explicó a la AFP Daniel Capecchi, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Federal de Rio de Janeiro.
"En cambio, la vacancia implica un cese definitivo del ejercicio presidencial por eventos como muerte, renuncia o juicio político", agregó.
Pero la carta magna, aprobada en 1988, no especifica los mecanismos para decidir sobre la capacidad o incapacidad del presidente para ejercer sus funciones.
Una fuente de la presidencia informó a la AFP que "en principio" Alckmin "no asume la agenda del presidente", cuyas actividades previstas fueron "postergadas".
La única excepción ha sido un encuentro este martes con el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, a quien el vicepresidente brasileño recibió luego de que llegara a Brasil.
Médico de formación y exgobernador del estado de Sao Paulo, Alckmin también es ministro de Industria y Comercio.
El vice brasileño, de 72 años, pasó la mayor parte de su carrera política en el partido centrista PSDB, viejo rival del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, quien lo derrotó en la elección presidencial de 2006 y años más tarde lo adoptó como su compañero de fórmula.
La Constitución brasileña prevé que, después del vicepresidente, en la línea de sucesión siguen el presidente de la Cámara de Diputados, del Senado y de la Corte Suprema.
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