Después de la muerte de Federico García Lorca , sus familiares se empeñaron en conservar recuerdos suyos, algunos personales y otros relacionados con él. A veces en envoltorios muy precarios o casi surrealistas, como una caja de mantecados de Antequera . Esa tarea se mantuvo durante décadas y a ella se sumaron amigos, lectores y estudiosos de la obra del poeta. El resultado es 'Lorca y el archivo, memoria en movimiento', una exposición que se ha inaugurado este jueves 12 de diciembre en el Centro Lorca de Granada, que será visible hasta el 11 de mayo de 2025 y que muestra 460 piezas de todo tipo –cartas, recortes de prensa, fotos…– no sólo del escritor sino también de sus familiares. El 70% de lo que se enseña ahora es material inédito. La muestra está comisariada por el catedrático de la Universidad de Virginia Andrew A. Anderson , la profesora de Literatura Española en la Universidad de Indiana Melissa Dinverno y el catedrático de la Universidad de Boston Christopher Maurer . Sobre ellos ha recaído la ardua tarea de recopilar y dar sentido a piezas y reproducciones que han aportado hasta 26 instituciones españolas y extranjeras, lo que da una idea de la magnitud de la exposición. Se divide en cinco secciones. La primera de ellas muestra documentos del propio Lorca poco antes de ser fusilado y también esbozos de proyectos en los que trabajaba y que lamentablemente quedaron sin finalizar. Son papeles que algunos parientes y amigos guardaron en lugares como la casa familiar de la calle Alcalá, en Madrid, pero también escondidos en una maleta en Granada o hasta en un montón de paja y heno en una finca de la Vega que circundaba la capital granadina. Uno de esos documentos tiene algo de siniestro. Es un expediente policial del Ministerio de la Gobernación, escrito en 1940 y en el que la Jefatura Superior de Policía de Madrid recuerda que Lorca dirigió el periódico La Barraca, «de ideología comunista», y también estuvo al frente de una compañía de estudiantes «que representaba comedias por los pueblos. Desde luego- insiste el escrito- sus ideas eran comunistas y atropellaba a los alcaldes y autoridades para hacer lo que pretendía». La segunda sección recoge objetos difíciles de localizar, puesto que, tras el exilio de familiares de Lorca, su legado se dispersó. En España, con Franco al frente, circulaban sobre la vida y la muerte del dramaturgo versiones que luego se han comprobado irreales, y los documentos los han transmitido sobre todo seguidores que le hicieron homenajes, casi siempre de forma espontánea y clandestina. En 1951, tras la muerte de Federico García Rodríguez , padre del poeta, sus familiares empezaron a regresar a España. La figura de Lorca todavía no estaba normalizada, ni mucho menos, y la tercera sección de la exposición se centra en ese periodo, al que sigue una cuarta, titulada 'Caminos de apertura' , en la que, ya muerto el dictador, empezó a reivindicarse la figura y el legado lorquiano, hasta el punto de que en 1984 se creó su fundación. La quinta y última aporta nuevos descubrimientos, como composiciones musicales de Lorca, objetos de Dalí o nuevas donaciones de amigos y familiares. En la inauguración ha intervenido Laura García Lorca , sobrina del poeta y presidenta de la fundación que lleva su nombre. Emocionada hasta el punto de que ha tenido que detenerse en más de una ocasión, sobre todo cuando ha recordado que, de niña, miró en el escritorio de su padre documentos que ahora ven la luz, ha afirmado que 'Lorca y el archivo' supone «mirar una etapa oscura de España», pero también «habla del amor de muchas personas que han enriquecido la maravilla» que dejó un poeta que quiso pasar a la posteridad. «Él dijo una vez: 'Voy a salir hasta en los papeles de los caramelos', ha recordado su sobrina. Además de representantes del Ayuntamiento de Granada, la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y Caixabank, que han colaborado en la organización, junto al Ministerio de Cultura, han tomado la palabra los tres comisarios, que han confesado que ha sido una tarea difícil pero se han mostrado orgullosos de los resultados . Así, Andrew A. Anderson ha alabado la «clarividencia» que mostraron en su momento los parientes de Lorca para «en circunstancias difíciles» guardar tantos documentos. «Aquí se muestra una historia de amor, cariño, dedicación, perseverancia y riesgo », ha resumido». Christopher Maurer ha hecho hincapié en que es un archivo «que conecta con otros archivos», lo que convierte la exposición en una especie de reto, en una «invitación a colaborar por mantener, ampliar y nutrir este legado ». Algo para lo que, ha añadido, hace falta «una inyección de entusiasmo y también de dinero». Melissa Dinverno ha dicho que guardar todos esos papeles «es hablar contra el silencio impuesto» y que el legado de Lorca « nos pertenece a todos », por lo que el archivo que ahora se expone también lo es. «Es un archivo híbrido, porque es personal, familiar e institucional. Y aunque algunas de las cosas que aquí se muestran no son nuevas, sí que se exhiben de forma diferente», ha agregado. Las instituciones públicas, por su parte, han subrayado que esta gran muestra va a servir para «revitalizar» el Centro Lorca, un esfuerzo en el que ahora todas las administraciones «están unidas» y de paso también debe impulsar la candidatura de Granada para ser capital cultural europea en 2031. «Lorca debe ser una de las columnas vertebrales de ese objetivo», ha afirmado Juan Ramón Ferreira , concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada.
