Trump invita a Xi Jinping a su toma de posesión de mando como presidente el 20 de enero, según CBS News
El presidente electo Donald Trump habría invitado al presidente chino Xi Jinping a su ceremonia de toma de posesión de mando como presidente de Estados Unidos, según CBS News, programada para el próximo mes. Esta invitación marcaría un intento de establecer un diálogo abierto con líderes de diversas naciones, incluyendo aquellas que son consideradas adversarias.
Fuentes cercanas a la transición informaron que la invitación habría sido extendida en noviembre, poco después de las elecciones. Aunque no se ha confirmado si Xi Jinping ha aceptado, la administración de Trump estaría organizando la llegada de otros dignatarios extranjeros para el evento del 20 de enero.
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Karoline Leavitt, portavoz de la transición, destacó que esta invitación es un ejemplo del enfoque de Trump hacia la creación de relaciones con líderes de países que no son solo aliados, sino también competidores. Además de Xi Jinping , se ha mencionado la posibilidad de que otros líderes, como el primer ministro húngaro Viktor Orbán, asistan a la ceremonia.
Un enfoque diplomático en la inauguración de Trump como presidente de Estados Unidos
La invitación a Xi Jinping sería una estrategia más amplia de Trump para establecer relaciones directas con líderes mundiales. Leavitt afirmó que "los líderes mundiales están alineándose para reunirse con el presidente Trump porque saben que pronto regresará al poder y restaurará la paz a través de la fortaleza estadounidense en todo el mundo".
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A pesar de la invitación, miembros del círculo cercano de Trump han sido críticos de la administración de Xi, lo que añade una capa de complejidad a esta relación. El senador Marco Rubio, quien ha sido considerado para el cargo de secretario de Estado, y el asesor de seguridad nacional entrante, Mike Waltz, han expresado sus preocupaciones sobre el gobierno chino.
Un contexto histórico para la inauguración de Trump como presidente de Estados Unidos
Históricamente, los líderes extranjeros no han asistido a las ceremonias de traspaso de poder en Estados Unidos. Desde 1874, los registros del Departamento de Estado indican que nunca un líder extranjero ha estado presente en una inauguración. Sin embargo, la administración de Trump parece estar dispuesta a romper con esta tradición.
La posible invitación a Xi Jinping también se produce en un momento en que las tensiones entre Estados Unidos y China están en aumento, especialmente en lo que respecta a las tarifas y la regulación de aplicaciones como TikTok. La administración Trump ha impuesto un plazo para que la empresa matriz de TikTok, ByteDance, venda la aplicación o enfrente una prohibición en el país.
Reuniones de Trump con líderes mundiales
Desde el día de las elecciones, varios líderes mundiales han visitado a Trump en su residencia de Mar-a-Lago. Entre ellos se encuentra el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente argentino, Javier Milei, quienes han tenido audiencias privadas con el presidente electo. Este enfoque en las relaciones personales con otros líderes es una estrategia que Trump ha mantenido desde su primera campaña presidencial.
El presidente francés, Emmanuel Macron, fue el primer líder mundial en recibir a Trump en el extranjero desde su victoria electoral en 2024. En la reapertura de la Catedral de Notre Dame, también estuvieron presentes otros líderes como la primera ministra italiana, Georgia Meloni, y el presidente ucraniano, Volodomyr Zelensky.
Un Trump conocido en el escenario internacional
A diferencia de su primera inauguración en 2017, cuando era relativamente desconocido en el ámbito internacional, Trump ahora es tratado como alguien relevante por los líderes mundiales. Esta percepción ha cambiado drásticamente, lo que refleja su enfoque en establecer relaciones directas y personales con otros líderes, un aspecto que considera crucial para la negociación internacional.
Con la invitación a Xi Jinping y la posibilidad de que otros líderes asistan a su inauguración, Trump busca no solo reafirmar su posición en el escenario global, sino también establecer un nuevo estándar en la diplomacia estadounidense.