Un «Pulitzer» en sostenibilidad en pleno centro de Barcelona
Hay hoteles que son solo para dormir y otros en los que, además de pernoctar, se disfruta de la vida que emerge de cada uno de sus rincones. Nada más entrar en el Pulitzer Barcelona sabemos que nos encontramos en el segundo de los casos. Un inmenso árbol navideño nos recibe al poner un pie en su interior. Ha sido creado por la artista, modelo y actriz Alba Galocha, utilizando más de 1,5 kilómetros de hilo con el que busca emular las innumerables historias que se han tejido en el interior de este hotel boutique, emblema del «slow luxury», que celebra además sus dos décadas de rodaje.
Así que historia tienen, y para rato. En pleno centro de la Ciudad Condal, a dos pasos de la Plaza de Cataluña, alberga 91 habitaciones diseñadas por el interiorista Lázaro Rosa-Violán, que ya han probado numerosas «celebrities» patrias (que, por confidencialidad, no podemos mencionar). El ambiente cálido y acogedor convive con la vanguardia y salones encantadores que ahora se preparan para recibir la Navidad con un despliegue de eventos.
Antes de desvelarlos, pasamos a su Greenhouse, un auténtico invernadero arropado por un dosel de vegetación reconvertido en restaurante, donde se sirve un menú basado en verduras de temporada, vinos ecológicos e ingredientes locales. El kilómetro cero es su lema. De hecho, no está reservado solo para la clientela del hotel, sino que cualquier persona puede pasar a degustar sus viandas. Nos cuentan que, además, el hotel está muy comprometido con la sostenibilidad, y lo tienen también presente en sus propuestas culinarias: por ejemplo, la fruta deshidratada de la cocina se utiliza creativamente como guarnición de cócteles.
Su política «eco» es parte de la filosofía Pulitzer. Su huella de carbono actual es de solo 10,58 kg de CO2 por huésped y noche. «Como parte de un plan de descarbonización en curso, los sistemas energéticamente eficientes están sustituyendo gradualmente a las instalaciones más antiguas, y se han instalado paneles solares térmicos para suministrar agua caliente. La mejora del aislamiento de las ventanas contribuye a reducir el consumo de energía, al tiempo que mantiene el ruido de la ciudad en el exterior, para un sueño reparador. El hotel también colabora con organizaciones sin ánimo de lucro como Banc D’Aliments para combatir el hambre y apoya iniciativas de turismo sostenible mediante asociaciones con la Fundación CETT», relatan. De la planta baja del Greenhouse, subimos hasta la sexta, donde se encuentra otro de sus puntos fuertes: la Terraza, un lugar de encuentro para los melómanos, donde organizan conciertos y fiestas hasta altas horas de la noche. Por si fuera poco, durante este mes, además, celebran un taller de creación de adornos navideños, un show de «live painting» y sesiones especiales de música. Está claro que la vida vibra en el Pulitzer.