Crédito para la educación con metas retadoras
El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo aprobaron un crédito cada uno dirigido a mejorar la educación en el país. Si bien aún queda camino para que el endeudamiento externo sea autorizado por el Mideplán y la Asamblea Legislativa, los documentos son elocuentes en cuanto a la magnitud de la operación, especialmente, las áreas que se tratarán y el resultado que se espera.
El monto de las operaciones asciende a $200 millones del primero y $157 millones del segundo (BID), para un total de $357 millones, que equivaldrían a un 7 % del presupuesto aprobado al MEP para el 2025, o un 0,35 % del PIB prevista para ese año.
Pero, naturalmente, el dinero no será desembolsado en un único momento. El proyecto fue planificado para cinco años, y solo el 10 % será girado al Gobierno al comienzo del 2025.
En vista de que se ejecutará en el período 2025-2029, está claro que recaerá en las autoridades de la próxima administración del MEP el alcance de los objetivos y el cumplimiento de los requisitos legales, ambientales y de otra naturaleza, establecidos por los organismos multilaterales.
En términos sustantivos, las propuestas técnicas vinculadas a las operaciones son ambiciosas y necesarias. Incluyen el apoyo para la transformación de la gestión del MEP y la modernización de sus sistemas de información, la empleabilidad e inclusión de poblaciones indígenas, la recuperación de aprendizajes, el fortalecimiento del currículo por competencias y la transformación pedagógica.
Dentro de esta última, la partida más grande es el apoyo a las competencias digitales y el aprendizaje híbrido ($95 millones), y que se encuentra vinculada a la nueva propuesta de formación tecnológica.
El MEP tendrá dos grandes retos para concretar la transformación planteada: primero, asegurar la capacidad técnica para dar seguimiento a los proyectos en todas sus áreas y dar cumplimiento a los objetivos; y segundo, la negociación con el Ministerio de Hacienda para recibir una parte de los recursos de los créditos, ya que lo usual sería que Hacienda mantenga una porción para sus propios fines.