Pintaba mal el partido para el
Atlético de Madrid ante un atrincherado
Getafe que amenazaba con cortar la racha victorias consecutivas del equipo colchonero y dejarla en diez. Aunque había rematado en ocho ocasiones en la primera mitad, la realidad es que daba la sensación de que cada ocasión era un parto para los de
Simeone, porque
José Bordalás había planteado un campo de minas en el centro del campo que lo ralentizaba absolutamente todo.
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