Nada en Siria es blanco o negro, todo allí está teñido de una graduación de grises difícil de traducir a los idiomas occidentales y ese espacio confuso es caldo de cultivo para la amenaza terrorista. Alemania, que ha celebrado la caída del régimen de Assad , teme ahora que peligrosos yihadistas entren en el país, recién liberados de las cárceles. Donald Trump podría además retirar las tropas estadounidenses desplegadas contra Daesh -el autoproclamado Estado Islámico- y «hay alrededor de 9.000 combatientes en las cárceles kurdas bajo supervisión estadounidense, entre ellos unos 2.000 extranjeros», aclara Guido Steinberg, experto de la Fundación de Ciencia y Política de Berlín (SWP) y autor de 'Los combatientes de Al Qaida: la globalización del terrorismo islamista'....
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