Que Junts pueda formar parte de la «mayoría progresista» en España es una manipulación de Pedro Sánchez que nunca ha tenido más sustento que su mala relación con la verdad de las cosas. El baño de realidad llega ahora, cuando Carles Puigdemont le exige todas las competencias sobre inmigración en Cataluña, el control fronterizo en puertos y aeropuertos, y la tramitación del Número de Identificación de Extranjeros (NIE), además de no acoger menores inmigrantes, antes de abrir cualquier negociación presupuestaria. Este cambio de prioridades obedece al fuerte crecimiento en las encuestas de Aliança Catalana, la extrema derecha catalanista, que está amenazando el voto de Junts. Será interesante ver qué discurren los numerosos asesores de Sánchez en cuestiones de posverdad para mantener viva la «mayoría progresista», toda vez que Puigdemont está dispuesto a mostrar su vena xenófoba ya no sólo contra los españoles, sino también contra los extranjeros.
