Laura Astorga Monestel muestra su arte en la intimidad de su casa
Si el arte invade cada rincón de la vida de sus creadores, rara vez ha sido tan explícito como en A veces dios nos sonríe, una exposición temporal en barrio Escalante. Con dibujo, pintura, ensambles, instalaciones y cerámica, Laura Astorga Monestel abre su casa para mostrar su arte junto al de Claudio Corrales. Pase adelante: conozca este trabajo por dentro.
Abierta del 12 al 22 de diciembre y curada por Erika Martin (del vecino proyecto Satisfactory), esta exhibición doméstica despliega sus caricaturas políticas e inusuales personajes en corredores, salas, jardines y otros recovecos de la casa. Las obras, en distintos formatos y precios, están en venta.
Nos recibe un “pasillo político” con la caricatura crítica de Astorga; se abre luego una amplia sala dedicada a su apreciación por la naturaleza. Nos adentramos por la casa en la obra de Claudio Corrales, quien ocupa también el patio.
“(Me parece) muy valioso y poderoso el hecho de optar por el propio espacio como lugar expositivo, no cerrarse en que solo una galería o museo puede darle validación a las ideas de uno”, dice Astorga Monestel. “Dentro del propio espacio, en un radio relativamente pequeño de personas, se puede generar un sentimiento de que las cosas pueden ir mejor, al abrirme y vulnerabilizarme como artista”.
Aunque por estos días el despliegue de las obras desplaza los muebles y objetos personales, nos sentimos como en casa. Este es el espacio de vida y trabajo de la artista y se nota; para ver algunas piezas, nos asomamos entre las evidencias acumuladas de una vida de intensa observación y persistente labor. Como explica la curadora en la presentación del proyecto, “el montaje es un reflejo del espacio que habitan: un hogar donde confluyen afectos, familia, pensamientos, opiniones y amistad”.
De política a naturaleza con Laura Astorga Monestel
No es gratuito que apenas entrando a la casa nos topemos, en el primer pasillo, la rabiosa crítica política que la artista concentra en sus dibujos. A menudo los publica en Instagram y en la exposición los vemos desplegados juntos, en una acumulación de frustraciones desde todas direcciones. Los encontramos en concentrado enojo, en un pasillo que recorre el valle de lágrimas de la sociedad contemporánea.
“Es una crítica hacia diferentes ámbitos de la política, lo religioso, lo educativo, la política de cultura, no solo de Costa Rica, sino de la región, a cómo se mueve el mundo”, explica Astorga. Para ella, no se trata de comentar solo las violencias que sacuden los noticieros, sino también de hacerse un autoexamen y tratar de ser consecuente. Más de una viñeta nos frena al recordarnos lo cruento de la política actual, de lo chabacano a lo brutal, pasando por la desidia y el miedo.
“(Ante) la frustración, enojo o tristeza que me genera lo político, me apoyo en la naturaleza para equilibrar esos sentimientos”, explica. Por ello, al lado, en la sala, se mezclan dibujos, bocetos, apuntes y pinturas sobre la exuberancia natural, entre sus propias y particulares colecciones de objetos y las piezas que ha ido creando.
La amistad también ayuda. Corrales complementa la exposición con sus propios ensambles y piezas cerámicas, además de preparar cenas. Para la curadora Erika Martin, este tipo de actividades van más allá de la curiosidad de exponer en una casa: “Ocupar la casa como un recurso propio para cocrear en libertad, bajo las reglas o términos que se crean en colectivo, es un acto de micropolítica que busca descubrir y proponer otros modos de cómo se expone y se comercializa el arte en Costa Rica”.
Otros artistas y colectivos han aprovechado las casas de habitación para recibir visitantes y compradores de arte, pero el interés parece estar creciendo. “Esperaría que utilizar mi espacio de trabajo y de casa sea algo que se contagie a otros espacios, artistas o colectivos. Ya está pasando, pero ojalá que se extienda aún más, porque me parece muy valioso, muy poderoso”, dice Astorga.
“La idea de comunidad, de generar ese ambiente colectivo, a pesar de que mi práctica artística es solitaria, ese acompañamiento que he sentido estos días, no solo con Erika como curadora, sino con la gente que ha llegado, me dice que no estoy sola en mi enojo, mi rabia, mi frustración, mi tristeza y mi cólera con respecto a lo político”, considera la artista. Entre plantas, muebles, libros y sus herramientas, las obras también cuentan otras historias de la vida de Astorga. Y de nosotros, que quizás nos llevemos alguna pieza.
Así que pase usted: está en su casa.
Talleres y eventos en ‘A veces dios nos sonríe’
Se puede visitar la exposición en una casa celeste en curva contiguo a la Casa de la Cultura del Banco Popular, en barrio Escalante, San José, hasta el 22 de diciembre (consulte redes sociales de la artista para mantenerse actualizado). Se abre en horario de 2 p. m. a 7 p. m. o con cita, escribiendo 8923-2350.
Además, se celebrarán las siguientes actividades.
Miércoles 18, 6:30 p. m.: ¿Cómo dibujar una expo en una casa? Taller de dibujo facilitado por Laura Astorga Monestel.
Jueves 19, 6 p. m.: De Barrio Lujosa a a su mesa, cena preparada por Claudio Corrales (cupo lleno).
Viernes 20, 7:30 p. m.: Karol Barboza en vivo, concierto íntimo.
Sábado 21, 2 p. m.: ¿Cómo dibujar una expo en una casa? Tarde de dibujo.