España tiene un problema de implantación renovable . Pese al enorme potencial de nuestro país —y el gran interés que existe entre inversores y empresas—, la realidad está siendo más compleja de aterrizar. Así lo ha expresado, sin ningún tipo de cortapisas, el director general de AEE, Juan Virgilio Márquez. Desde la gran patronal de las empresas eólicas aseguran que el ritmo no es el adecuado . Existe un gran número de potencia, más de 10 gigavatios (GW) que están a la espera de poder entrar en el sistema. Así lo ha expresado este miércoles durante la presentación del ' Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España '. Por norma general, en este tipo de eventos suele haber una gran complacencia por el desarrollo económico y de negocio. Por ello, pese a lo que genera la industria eólica en diferentes magnitudes, por ejemplo 3.700 millones de euros de impacto al PIB, el mensaje de alerta es elocuente. Entre las principales conclusiones del informe destaca la insuficiente instalación anual. Recuerda el documento que España debe acelerar significativamente el despliegue de nueva potencia eólica para cumplir con los objetivos de 2030 . La instalación anual está muy lejos de los objetivos que debemos alcanzar, lo que supone impactos múltiples a lo largo de la cadena de valor. «Si la eólica no alcanza objetivos, España no cumplirá los suyos», la ecuación la resuelven de manera muy directa. Pese a todo, se muestran satisfechos por el protagonismo en el mix de la eólica. Aun con el bajo ritmo de instalación, esta tecnología representa con más de 30,5 GW el 24% del mix energético en términos de potencia y cubre ya el 25,6% de la demanda eléctrica, consolidándose como la primera tecnología eléctrica de España. No obstante, el pesimismo ahora mismo es bastante alargado . El documento expone que se necesitan medidas que impulsen la electrificación de sectores clave, reforzando el vínculo entre energía limpia e industria. «Es clave orientar los instrumentos públicos de desarrollo de la transición energética prioritariamente hacia el crecimiento de la demanda eléctrica». Este mensaje va directo al Ministerio para la Transición Ecológica y las medidas que deba tomar. La situación se extrapola a la eólica marina. Donde la lentitud es tal, que ni siquiera ha echado a andar. Algo que impacta, asimismo, en el desarrollo de la propia industria de componentes. No menos importante, en esos retos que presenta el sector eólico, es la aceptación social . Señalan desde AEE que es crucial reforzar el diálogo con las comunidades locales y fomentar la transparencia en todas las fases de los proyectos. «Hay que trabajar por parte del sector y de las instituciones con mucha anticipación, pedagogía, sensibilidad y rigor, ya que estamos siendo testigos de una oposición social, minoritaria pero que puede ocasionar el retraso de la construcción de los parques en determinados territorios», sostienen desde la patronal. Sobre la aportación económica, el sector emplea a 35.741 personas (19.421 empleos directos y 16.320 empleos indirectos) ; y en 2023, la actividad exportadora supuso 1.970 millones de euros. Esto sitúa a España como el quinto exportador bruto del mundo de aerogeneradores, por detrás de Alemania, Dinamarca, China e India. Asimismo, en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, en 2023 se dejaron de emitir 32,8 millones de toneladas de CO2.
