La vida de Carles Puigdemont vuelve a tener sentido, la vida política, claro. El benefactor ha sido Pedro Sánchez. ¿O debería decir mecenas, filántropo, valedor? Hace ya meses que Puigdemont ha puesto pie en pared y está llevando al Gobierno al precipicio. El líder prófugo es ya el campeón mundial en un nuevo deporte nacional: la medición de las tragaderas del presidente. La pregunta que debemos formular hoy, que tendrá respuesta pronto, es esta: ¿cuánto queda para que Sánchez vaya a Waterloo? El pasado mes de septiembre, día 26, la portada de ABC titulaba así: «Si Sánchez quiere mis votos, que venga a Waterloo». Este periódico lo contó porque era la frase que mejor expresaba el enfado sideral de Puigdemont...
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