El Z7 o El Mamito comenzó muy joven en el Ejército, y sus habilidades, además de la violencia que le rodeó durante su formación profesional, le permitieron volverse un agente de las fuerzas especiales mexicanas.Ese fue su boleto directo para ser uno de los guardias deOsiel Cárdenas Guillén, ex líder del Cártel del Golfo, y para ser uno de los primeros elementos de Los Zetas, el sanguinario brazo armado de la organización criminal.En 2017, Jesús Enrique Rejón Aguilar, originario de Campeche, testificó ante una corte federal en Texas en contra de Raymundo Villarreal Arelis, ex operador del Cártel del Golfo, quien estaba acusado de tráfico de drogas.Durante su testimonio, al que MILENIO tuvo acceso, detalló cómo fue que Cárdenas Guillén conformó a una de las células criminales más poderosas y sanguinarias del país, que después se convirtió en un cártel independiente que azotó a estados como Tamaulipas, Veracruz y Chiapas.Rejón fue soldado por seis años, durante los cuales logró formar parte del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), una unidad de élite con entrenamiento especializado diseñada para combatir al crimen organizado. Sin embargo, eventualmente dejó el grupo y fue policía federal en los estados de Tamaulipas y Coahuila, de donde salió para volverse narco.Arturo Guzmán Decena, el primer Zeta y amigo suyo, lo presentó con Osiel Cárdenas, en 1999.“Me involucré siendo el guardia de Cárdenas Guillén y también guardia de sus cargamentos, los cargamentos de droga”, recordó El Z7.Además, según detalla, al menos 12 miembros más del grupo de fuerzas especiales fueron reclutados. Les asignaban un alias conforme llegaban al cártel. Así, Los Zetas y El Cártel del Golfo conformaron a La Compañía, una asociación criminal que traficaba cocaína, mariguana y metanfetamina a Estados Unidos.El criminal, además, reveló el porqué se dio el nombre de Los Zetas a la célula criminal.“Osiel Cárdenas Guillén solía decir que nosotros éramos sus zapatos, así que necesitaba zapatos para caminar y nosotros éramos sus zapatos”.Según Rejón, él estaba a cargo de la plaza de Miguel Alemán, en la frontera tamaulipeca. Coordinaba la producción, llegada, resguardo y envío de drogas como mariguana, cocaína y metanfetamina.También asesinaba, ordenaba ejecuciones, secuestraba y torturaba. Dijo haber matado a cerca de 20 personas, de modo que para 2007, tuvo un ascenso.“Yo tenía toda la contabilidad de los estados que controlábamos, que eran partes de Tamaulipas, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco, Campeche, Quintana Roo, partes de Oaxaca y partes de Durango”.Su papel como elemento de seguridad de Cárdenas Guillén lo llevó a participar en la organización de un intento de escape del Penal del Altiplano, tras la detención del líder criminal en 2003. El intento, coordinado por los entonces líderes del Cártel de Tijuana, falló.“Cuando el operativo estaba a punto de ocurrir, el piloto no llegó. Era un piloto que había sido contratado por Los Arellano”, detalló El Z7.Rejón fue arrestado en 2011 en México, y después entregado al gobierno estadunidense en extradición, donde se declaró culpable de tráfico de cocaína y mariguana. Actualmente, es un colaborador activo de las agencias de seguridad de ese país.