Una Navidad sin gamba roja en la mesa: a partir de este día se dejará de pescar
Este año, las mesas navideñas en España se enfrentarán a un cambio drástico: la ausencia de la gamba roja. La decisión del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de cerrar la pesca de este preciado crustáceo en todo el Mediterráneo y otras áreas del país marca un hito significativo en la gestión de recursos marinos. La medida, en vigor desde el 19 de diciembre, surge como respuesta al agotamiento del cupo máximo permitido para 2024 y busca garantizar la sostenibilidad de la especie.
El agotamiento del cupo de pesca ha sido atribuido a la alta demanda y a la presión constante en los caladeros. Zonas como el Golfo de León, las Islas Baleares, el mar de Alborán y el norte de España quedan afectadas por esta prohibición. Aunque algunos podrían recurrir a la gamba roja disponible a cuenta del cupo de 2025, esta alternativa será limitada y con un precio prohibitivo, lo que obliga a los consumidores a buscar sustitutos para sus recetas navideñas.
Para garantizar el cumplimiento de esta medida, el ministerio ha intensificado la vigilancia en puertos y zonas de pesca. Además, ha advertido que cualquier infracción será castigada con sanciones severas. Esta estrategia busca evitar la pesca ilegal y preservar las poblaciones de gamba roja, un recurso natural que, de no protegerse adecuadamente, podría enfrentarse a un declive irreversible.
¿Cómo se pesca la gamba roja?
La pesca de la gamba roja se realiza de manera artesanal a profundidades superiores a los 600 metros, asegurando una calidad excepcional, aunque con un coste elevado. La exclusividad de este marisco, junto con su sabor inigualable, ha hecho que se convierta en un símbolo de lujo durante las celebraciones navideñas.
Las localidades de Denia, Palamós y Garrucha, entre otras, han sido tradicionalmente el corazón de la actividad pesquera de la gamba roja. Sus mercados, donde las subastas alcanzan precios récord durante la temporada, reflejan la alta demanda de este producto. Sin embargo, la interrupción de la pesca en un momento crucial para los pescadores supone un golpe económico importante, afectando a quienes dependen de esta actividad para su sustento.