Carlos Sainz ya anda por los 62 años y no se jubila. Podría estar jugando al dominó en un bar de barrio, pero no. Él prefiere pelearse con el desierto. Lo suyo no es la típica crisis de los sesenta: mientras algunos de sus amigos las pasan canutas para subir escaleras, él decide subirse a un monstruo de 360 caballos y enfrentarse al Dakar 2025 con la ilusión del primer día. Tal vez más. Así lo hizo ver en la presentación del proyecto en Madrid, a una semana escasa de viajar a Bisha , el punto de partida de esta edición, en donde quedó claro el extraordinario poder de convocatoria de 'El Matador' . «No lo quiero decir más porque...
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