El primer actor de Toki es el tiempo. Es precisamente lo que significa ese vocablo en japonés. Una puerta negra, en el chaflán que marca un bajo de una finca señorial entre la calle Sagasta y la de Hermanos Álvarez Quintero, separa dos mundos, dos ritmos. En este escenario no hay sainetes aunque la teatralidad está presente desde que se descienden los peldaños de este estrella Michelin , obra de un orgulloso camarero laureado por la guía roja: Marcos Granda – siete 'macarons' entre Asturias, Marbella y Madrid con espacios como Marcos, Ayalga, Nintai, Skina o Clos–. Al hacerlo, los prejuicios y cualquier atisbo de control sobre la experiencia debe quedar en la antesala que sirve de recepción con la...
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