Las pastelerías ponen durante todo el año su esmero por dar lo mejor de sí mismas, pero en plena Navidad, días de encuentros en familia y con los amigos, multiplican sus sugerencias. Nuevos establecimientos se abren paso junto a los tradicionales con su apuesta por la calidad. La Tarterie tiene como eslogan «Tartas con corazón». Su nombre es un homenaje a la repostería francesa y sus elaboraciones, hechas con amor e ingredientes cien por cien naturales, deparan un sabor auténtico y casero. La acogedora cafetería de Claudio Marcelo que regenta Irene Martos dispone el interior y la terraza para tomar desayunos y meriendas. Sus tartas cuentan con mucha variedad y buena presentación. Imprescindible en invierno es la que elabora de turrón y el roscón en forma de bollo o el grande, con el interior de nata, trufa, crema y algún otro sabor (pistacho, kinder). Las favoritas son la tarta de zanahoria (suave y esponjosa, con un toque de canela y nueces y cobertura de queso cremoso), la New York cheesecake (que transporta con su sabor a la gran manzana de la emblemática ciudad) y la de chocolate con dulce de leche (que equilibra lo clásico con lo moderno). Nadie queda excluido de un buen capricho porque tiene oferta sin gluten, sin lactosa, sin azúcar y vegana. Otras tartas suyas llevan cerveza negra, merengue y queso, pero hay más: a ellas se unen las cookies, palmeritas crujientes de turrón y chocolate, empanadas, quichés y tortilla de patatas, mientras que sus exquisitos cafés no se quedan atrás. Esta temporada deslumbra con tres nuevas bebidas para deleitarse en Navidad: las llamadas Grinch Matcha Latte (de color verde, con sirope de vainilla, un bastoncito de caramelo y alusivo a ese personaje), Spiced Chocolate y el Café turrón, con sirope de vainilla y turrón. Muy céntrica queda, así mismo, la recién abierta pastelería de lujo Ana Ruz , en el número 22 de la calle Alfonso XIII, con creaciones inspiradas en Córdoba. El roscón de Reyes, hecho con masa de harina natural tritordeum (muy digerible) y relleno de nata con un toque de vainas de vainilla BIO es individual o en tamaño grande (de ocho a diez porciones). Y otro producto propio de esta época son los copitos de almendra, unas pastitas. Ana Ruz se formó en la escuela Le Cordon Bleu de Madrid y en este proyecto personal combina la elegancia y técnica de la repostería francesa con los sabores y olores de su Córdoba natal empleando ingredientes naturales y ecológicos. Su creación el Patio 'bebe' del Patio de los Naranjos de la Mezquita. Cada día en una vitrina fría ofrece dos o tres especialidades. También posee una vitrina neutra que no necesita frío con pain au chocolat, croissants, cookies, tigrés (una masa de almendras, chocolate) y galletas bretonas. De todas las creaciones ofrece tartas. En apoyo a otras mujeres emprendedoras como ella, la tarta de queso es de la quesería familiar Fuente la Sierra, de Los Pedroches, y el café es de A las diez, que se tuesta en Almodóvar del Río. El pan hecho por un panadero todo con masa madre llega de Aguilar de la Frontera. En la tienda el obrador permanece a la vista para que se aprecie el trabajo propio. La barra es de color rojizo en homenaje a esta ciudad, y en general el establecimiento une tradición y modernidad porque Ana Ruz aporta el toque internacional a la pastelería de autor en Córdoba, como ella misma reconoce. Otra pastelería que cuenta con una nueva apertura es San Rafael . A las que posee en las calles Cardenal Portocarrero, Concepción y Virgen de Fátima acaba de sumarle la de la calle Alfayatas, 7 para custodiar la esencia de toda la vida de la confitería cordobesa. En la Judería se centra en ofrecer al turista lo más propio de esta tierra, así que el pastel cordobés y los manoletes son indispensables. Tres mesitas dentro y tres fuera hacen de ella un lugar de descanso mientras se toma café y un dulce antes de seguir en ruta. Esperanza Romero , gerente de San Rafael, detalla que siguen elaborando «los mantecados antiguos de almendra, limón o chocolate, los roscos de vino y turrones que son con almendra entera. Y por ser un poquito más innovadores tenemos bandejas de turrones de pistacho, nueces, garrapiñada y arándanos. Para las mesas de Nochebuena hacemos aperitivos salados y troncos de Navidad, la tarta alegría y los tocinos de cielo», especifica. Los rafalitos arrasan, junto con los hojaldritos rellenos de chistorra, anchoas y roquefort, el rosco de marisco y los piononos salados gustan muchísimo. Los inglesitos son unas medias noches de mantequilla rellenas; las miniempanadillas de carne y pollo, y de atún, y el objetivo es que quien se los lleve «no se tenga que preocupar y que todo sea fácil de servir. Nos gusta que celebren con San Rafael». De nata, crema, trufa, chocolate y cabello de ángel con decoración de merengue pueden probarse sus roscones. Este año introducirán cuatro brillantes al azar, uno de ellos de un quilate, en cuatro roscones, como regalo sorpresa para sus clientes. Otra panadería con solera, El Brillante , en la avenida La Arruzafa, 7, deleita a sus incondicionales con los roscones y mucho más, todo ello con ingredientes de máxima calidad. El turrón artesano, los mantecados gourmet , elaborados con harinas especiales (petit o grandes), el panettone by José Roldán (su director técnico y único español campeón del mundo de pastelería y panadería artesana), la plancha de bizcocho, pastelería francesa y pestiños son algunos de los encargos navideños imprescindibles. Canapés los hay de varios tipos: Brillante, rollo de york y rollo de salmón, y se debe apuntar el pudding, las delicias, el tronco de Navidad, de nata, trufa o turrón, el roscón salado y las empanadas (de atún y pisto, pizza, york y queso, y bacon con dátiles). En pleno centro urbano, en la avenida de Cervantes se alza Martina Cakes desde hace casi una década con desayunos y meriendas a base de pastelería creativa artesana. Hay opciones veganas y siempre tiene porciones de tartas y galletas artesanas. La carta va cambiando según la época el año y en la actualidad se llena de rollos de canela, tartas de turrón, de zanahoria, chocolate, pistacho, galletas de Navidad, de jengibre y roscones, como explica Martina Martos , su dueña junto a Rocío Hidalgo. En los muros deja espacio a la creatividad de nuevos artistas, como la que se exhibe en este momento de Yago Janeiro. Linguini Cheesecake es otra reciente incorporación al paraíso de las tartas de queso caseras, con su tienda especializada en la calle Concepción desde el pasado verano. Tiene dos barras con sillas altas para tomar allí, pero está muy enfocada a la venta para llevar los cheesecakes contenidos en unos cuidados envoltorios y cajas. Ofrece la clásica Payoyo, la de galletas Lotus, Oreo, de pistacho, Kinder Bueno, dulce de leche y Ferrero Rocher. Las figuras de Linguini y Remy de la famosa película 'Ratatouille' animan a mirar primero y a entrar y comprar después.