Fuera enfermedades, patologías y adicciones, desconfío de los que no beben: algo traman o algo esconden. Lo mismo, pero al revés, me ha pasado con la serie de Sorogoyen : desconfío de los adultos que me dicen que les ha gustado. No voy a discutir por algo así, ni a romper una amistad, pero fingiré una llamada o recordaré súbitamente una cita ineludible. Algo creíble, no sé, una operación a corazón abierto o un trasplante, y saldré corriendo. No es que no me haya gustado como no me gustan las películas francesas de gente intensa hablando mucho rato en jardines ideales. A esas soy capaz de reconocerles algo, aunque solo sea una atmósfera de cierta profundidad emocional o literatura en...
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