Un quinto premio para agradecer la solidaridad y resiliencia de los voluntarios de la DANA
A punto de cumplirse dos meses desde que la DANA arrasara la Comunitat Valenciana dejando a su paso daños materiales e insuperables cicatrices emocionales, la suerte ha querido sonreír a aquellos que se movilizaron para prestar ayuda a los damnificados. Y es que, 72 series del número 72853 agraciado en el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad de este año se vendieron en una administración y dos bares ubicados en barrios de Valencia en los que aparcaban los voluntarios para cruzar a la zona cero.
En concreto, se trata de la administración número 43 de València, en la calle Matías Perelló, y los bares ubicados en las calle Moonteolivete y en la Plaza de Segovia. Estos bares se convirtieron en puntos de encuentro improvisados para los voluntarios. Allí compartían café, intercambiaban impresiones y recargaban fuerzas antes de cruzar hacia las zonas más afectadas. Los tres establecimientos han repartido, décimo a décimo, entre voluntarios y vecinos del barrio, más de cuatro millones de euros.
"Más allá del pellizco económico, lo que me colma de alegría es la parte simbólica de este premio. Parece que la suerte ha querido poner en valor el esfuerzo colectivo de quienes estuvimos en primera línea. Pero no olvidemos que de lo que verdaderamente debemos estar felices de haber formado parte de algo mucho mayor, una respuesta solidaria que va más allá de cualquier recompensa económica", comenta Ana Pérez, una trabajadora social que aún recuerda las jornadas intensas de ayuda a las familias afectadas. Como ella, muchos adquirieron los décimos casi sin pensar, mientras hacían una pausa entre tantas horas de esfuerzo.
Además, los quintos premios también han sonreído a los vecinos de Paiporta. La misma administración de la calle Jaime I número 1, llamada La Estrella, que vendió uno de los cuartos premios, ha repartido el 74778, tercer quinto premio del día. Este número también ha tocado en Sedaví, otra de las localidades arrasada el pasado 29 de octubre por la terrible crecida del barranco del Poyo.