Es innegable que los asesinos en serie resultan fascinantes en su abyecta y aterradora maldad. Pero no todos son iguales: hay quienes matan por simple y extrema crueldad, mientras que otros dicen hacerlo en aras de un credo o una ideología. Esta es apenas una muestra de esos seres monstruosos con los que es aconsejable no cruzarse nunca