Elementos esenciales para la nueva institucionalidad

En mi entrega de la semana anterior escribí sobre la importancia y urgencia de la nueva institucionalidad que debemos construir los venezolanos. Hoy retomo un conjunto de temas, que desde mis modestos conocimientos y experiencias considero vitales para hacer realidad un moderno Estado social de derecho y de justicia.

Me refiero a reformas estructurales del poder del Estado que garanticen en el futuro la real vigencia de los principios fundamentales vulnerados, violados e ignorados por la camarilla roja; gracias al modelo hiperpresidencialista, centralista y militarista establecido en la vigente carta fundamental. Al modelo antidemocrático de la estructura del poder, establecido en la Constitución de 1999, se suma la toma del mismo por un grupo de personas cargadas de resentimientos, de perversas ambiciones de poder y dinero, que nos ha traído la tragedia en la que vivimos.

Mi artículo anterior me ha permitido apreciar que el tema necesita diálogo y consenso, entre los demócratas y en general en la sociedad nacional, para acordar lo esencial y lo posible, en la primera etapa de este proceso. Varios amigos del mundo político y académico me han ofrecido sus ideas, varias de las cuales necesitarán un espacio de tiempo y de diálogo porque la urgencia de restablecer una democracia, con los consensos básicos, demandará tramitarlas en un clima más sosegado, para lograr una institucionalidad capaz de perdurar en el tiempo. 

Más allá de temas sensibles y complejos, pareciera que podemos tener consenso en las siguientes líneas fundamentales, relativas a la estructura del poder público:

1. Reducir sensiblemente el hiperpresidencialismo existente en la Constitución de 1999. Para lograr tal objetivo he venido sosteniendo en el debate nacional las siguientes propuestas:

1.1. Eliminar la reelección presidencial. Establecer la no reelección absoluta del presidente de la república. De esa forma damos un paso esencial en darle cumplimiento al principio de la alternabilidad del poder.

1.2. Reducir el periodo presidencial a cinco años.

1.3. Establecer la doble vuelta presidencial.

1.4. Eliminar la facultad presidencial de gobernar por decreto mediante la habilitación legislativa. Vale decir, suprimir la facultad legislativa amplia que hoy se le otorga al presidente.

1.5. Eliminar la facultad exclusiva del presidente de conducir la política militar suprimiéndole la exclusiva para los ascensos militares de los oficiales superiores y generales.

1.6. Eliminar la exclusividad del presidente en la conducción de la política exterior sometiendo a control parlamentario la designación del canciller de la república.

1.7. Eliminar la exclusividad del presidente en la conducción de la política monetaria blindando constitucional y legalmente la competencia del Banco Central en esta materia.

2. Fortalecer al parlamento y construir una institución altamente representativa de la nación. A tales fines, considero fundamental establecer las siguientes reformas:

2.1. Restablecer el bicameralismo. Adoptar la figura de un Congreso de la República con Cámara de Senadores y Cámara de Diputados, en la que la primera sea la representación de los estados en cuanto entidades autónomas creadoras de la república y la segunda sea la representación directa de los ciudadanos.

2.2. Reforzar las facultades legislativas, eliminando la norma de la delegación de esta facultad. 

2.3. Garantizar y ampliar las atribuciones de control político y administrativo del Congreso para lograr un equilibrio de los poderes.

2.4. Devolver al Senado la facultad de controlar el ascenso de los oficiales generales y superiores de la Fuerza Armada Nacional.

2.5. Otorgar al Senado la facultad de autorizar la designación de los comandantes de las cuatro fuerzas militares establecidas en la Constitución.

2.6. Establecer al Senado la facultad de autorizar el nombramiento del canciller de la República y del presidente del Banco Central.

3. Fortalecer el sistema de justicia haciendo de la sala plena del TSJ la responsable del control de la constitucionalidad, eliminando la Sala Constitucional convertida en la supra sala del máximo tribunal. 

4. Fortalecer a la federación otorgando autonomía política y económica a nuestros estados.

5. Convertir al Consejo Nacional Electoral en verdadero árbitro donde ningún partido o poder logre controlar los procesos electorales.

6. Hacer del Ministerio Público y de la Defensoría del Pueblo instituciones independientes del control de un solo sector de la sociedad.

Somos conscientes de que existen otras materias en la mente y en el espíritu de la sociedad. El debate que adelantamos y que habrá de producirse a la hora de abordar formalmente esta materia, permitirá documentar de mejor forma, los temas y construir los consensos sobre los cuales avanzar. No debe ser, no será ese momento histórico el de imponer una mayoría relativa, ni mucho menos una minoría, desoyendo a los diversos sectores del país. Trabajamos para lograr unas instituciones con el mayor consenso posible. 

2025 como año para el cambio profundo de nuestro devenir histórico, luego de producida la decisión ciudadana del pasado 28 de julio, nos permitirá abrir el cauce de una nueva institucionalidad desde la cual nos dediquemos a la reconstrucción espiritual, institucional, material y cultural de nuestra amada Venezuela.

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