La atracción por los "chicos malos": qué hay detrás de casos como el de Luigi Mangione
El deseo por los criminales no es nada nuevo. No obstante no fue hasta la década de los 60´s quela fijación fue definida por el sexólogo John Maney, quien acuñó el término hibristofilia, una parafilia que presentan las personas que “solo se excitan sexuoeróticamente con una pareja que tiene un historial depredador de ultrajes perpetrados contra otros”. Hoy en día, el diccionario de la American Psychological Association la define como un “interés sexual y atracción hacia quienes cometen delitos. En algunos casos, puede estar dirigido hacia personas en prisión por diversos tipos de actividades delictivas”. Sin embargo, “no hay una acuerdo limitado sobre una sintomatología universal”, como detalla un estudio reciente. Aunque se requiere mayor investigación al respecto,Katherine Ramsland, profesora de psicología forense, plantea que existendiversas explicaciones detrás del porqué una mujer busca una relación con un criminal.Según sus observaciones, el delincuente ni siquiera necesita ser atractivo para detonar deseo. Las motivaciones suelenestar atravesadas por la idealización, así como la certeza de poder provocar un cambio en el delincuente. Incluso hay quienes ven en ellos a “un niño que hay que cuidar”, como señala ensu columna para Psychology Today.Sheila Isenberg, autora del libro Mujeres que aman a hombres que matan, considera que algunas mujeres se enamoran creyendo que son capaces de ver el “verdadero yo” de los asesinos, mientras que otras se ven atraídas por la atención mediática que recibe el acusado, esto, basado en las observaciones desu investigación.La psicóloga y sexóloga Blanca Torres Cazallas sostiene que existe un espectro medio en la hibristofilia y ocurre cuando una persona siente atracción hacia personas que transgreden ciertos límites, aunque no lleguen a ser delitos graves, como explicóen un entrevista para la BBC.En este sentido, el psicólogo Gustavo Mancillas Serna detalló a MILENIO que los casos de hibristofilia severa son poco comunes y que, para ser considerados como tal, deben cumplir con un patrón dentro de los vínculos sexo-afetivos que la persona sostiene a lo largo del tiempo.No obstante, cuando se habla del gusto por un “chico malo”, la situación cambia: es mucho más común de lo que se percibe.“Todos tenemos un referente sobre el ‘chico malo’, se replica esta narrativa sobre lo que idealizamos a través de las películas, a través de bandas de música, de otras historias, si nosotros lo introyectamos y lo hacemos parte de nuestra narrativa, comenzamos a generar ciertas atracciones en calidad de eso”En este caso, la figura de quién se “sale de la norma” y va en contra de la autoridad se ve ligada con lo novedoso, lo desconocido. “Lo que es diferente cautiva a las personas”, comenta Mancillas. El psicólogo enfatiza que, en el caso de Luigi se suman otros factores, entre ellos, lo que “canónicamente se considera atractivo” así como la narrativa en la que se ha envuelto su historia y que han terminado por convertir al acusado en un personaje idealizado. Al idealizar, separte de un bagaje (mayormente inconsciente) de lo que alguien busca en el otro: lo transformaen un referente de lo que quiere, necesita o le hace falta.“Todos los seres humanos llegamos a un punto de idealizar las cosas porque nos trae la idea de promesa de que algo nos puede sumar a la vida. Es inevitable”. Entre la empatía y la atracción Luego de cinco días de seguir su pista, Magione fue arrestado: un cliente de un McDonald 's ubicado en Altoona lo reportó ante las autoridades. Muchos estadounidenses quedaron prendados con el caso.Según los reportes policiales y de medios estadounidenses, el egresado de Baltimore —una de las escuelas privadas más prestigiosas de la región— portaba una pistola que coincide con tres casquillos hallados en la escena del crimen y que fueron marcados con las palabras “negar”, “defender” y “deponer”, mismas que hacen eco en una frase que se suele utilizar para criticar las prácticas de la industria de seguros.Mangione también llevaba un silenciador, una identificación falsa y un manifiesto que criticaba a la industria de atención médica. Las condiciones del servicio de salud en el país sumadas a la historia del estudiante estrella presuntamente convertido en bandolero resonó en Estados Unidos: las redes sociales se llenaron no sólo de mensajes de simpatía, sino también de reproches contra la industria de seguros. Hay incluso quienes ven en Luigi una especie de justiciero.“Los motivos con los que presuntamente lo hizo conecta con muchas personas”, comenta el psicólogo. Este sentido de identificación parte de una especie de archivero de vivencias: las personas se conectan con otras a través de circunstancias compartidas o con las que se identifican.“Parte de lo que cautiva a la gente además de su físico es ‘pues lo hizo por una causa noble o causa justificada’, es la narrativa del público”, comenta el psicólogo.Sin embargo, agregó que la empatía no está exenta de ser selectiva. De hecho, existen algunos estudios que han planteado que las personas percibidas como atractivas tienden a ser juzgadas de forma menos severa.En 2019, por ejemplo, un grupo de investigadores encontró que las personas consideradas más atractivas tenían menos probabilidades de ser arrestadas y condenadas que las que no.“Desde el punto de vista psicológico tenemos un referente sobre características, personas o cosas, que nos puede llevar a querer cuidar o salvaguardar. Generamos un descarte sobre unos y otros. Por ejemplo, puede que haya personas que cometieron delitos por justicia social, pero que no son tan atractivos y pues no hubo un reflector sobre ellos”, agrega.LHM