Lejos del estereotipo de gánsteres rodeados de mansiones, coches de alta gama e ingentes cantidades de dinero, los pandilleros de las llamadas bandas juveniles subsisten con lo justo gracias al trapicheo, los atracos y otros delitos de poca monta. El problema subyace en la facilidad de acceso a grandes machetes , la manipulación de pistolas de fogueo o 'airsoft' para convertirlas en armas de fuego y una imaginaria mística de lealtad y guerra que seduce a los miembros más jóvenes. Detrás de eso, la nada: ni conexiones con maras de Sudamérica ni organizaciones con extensas estructuras piramidales. Si acaso, pequeños lazos entre coros, como los de Alcobendas, Villaverde y Embajadores, tres de los más violentos de los Dominican Don't Play (DDP) en la región madrileña. De todos ellos, solo el de Embajadores carga un muerto a su espalda, el del joven rapero Isaac López Triano, emboscado en julio de 2021 por David Bárcena, entonces de 18 años, y tres menores de edad. Una losa infame que podría haber sido doble, después de que también en el mes de julio, pero de 2024, un pandillero de 16 años disparase contra cuatro miembros de los Trinitarios en una pizzería de Delicias. El adolescente, de origen peruano, irrumpió a última hora del día en el Domino's Pizza del paseo homónimo, con el rostro tapado y una escopeta de cañones recortados oculta en el pantalón. Nada más entrar, sacó el arma y apretó el gatillo: un joven de 21 años resultó herido en la parte baja de la espalda, y otro de sus acompañantes se libró de un tiro a bocajarro gracias a una bandeja de plástico que utilizó a modo de escudo. Días después, el autor del tiroteo se entregaba en la comisaría de la Policía Nacional del distrito de Latina, acompañado de su madre. Pero más allá de completarse la investigación, los agentes de la Brigada Provincial de Información, convencidos de que aquello podía ser un rito de iniciación en la banda, siguieron trabajando para descubrir a los autores intelectuales. Por ello, han detenido ahora a seis varones, entre los que se encuentran el jefe del coro y el número tres en el escalafón (con el cargo de 'ministro de guerra'). Asimismo, en los registros practicados han intervenido dos machetes de grandes dimensiones, munición para armas largas y cortas de fuego, indumentaria habitual de este grupo, tres pasamontañas, unos grilletes metálicos, un patinete eléctrico, una balanza de precisión electrónica y más de 300 gramos de sustancias estupefacientes. Entre los apresados, hay tres mayores de edad, de 19 y 18 años, respectivamente, que ya han ingresado en prisión provisional; y tres menores, para los que se ha dictado el internamiento en régimen cerrado. A ellos se suma la detención de una mujer, la novia del jefe, que ha quedado en libertad con medidas judiciales. Todos están acusados de los delitos de homicidio en grado de tentativa y pertenencia a organización criminal. Una vez finalizados los registros, los agentes localizaron en la plaza de Nelson Mandela, en Lavapiés, un macetero que escondía bajo tierra dos machetes de grandes dimensiones (preparados con una tira de cinta americana para su rápida extracción) y un cartucho de arma larga,
