Alajuelense no logró darle una última alegría al locutor deportivo Iván Chavarría Díaz antes de morir
Iván Chavarría Díaz, conocido como “la voz deportiva de Costa Rica”, falleció este 28 de diciembre. Desde que se supo que el locutor deportivo se encontraba muy complicado en el hospital, varios de sus amigos cercanos cruzaban los dedos para que Liga Deportiva Alajuelense no fallara de nuevo en la cancha, y que antes de partir, él pudiera escuchar la noticia que tanto anhelaba.
Alajuelense perdió la Gran Final contra Herediano. Unas horas después, don Iván murió, pero probablemente, él también tenía claro que eso podía pasar y tampoco lo inquietaba.
“Deben aprender que a la Liga se le quiere por lo que es y no porque gane; mucha gente sigue a Alajuelense porque quiere ser un ganador; está bien hacer los enfoques pero sin hacerse miembro del archirrival, con apreciaciones negativas y destructivas, todo lo negativo destruye, pero lo hace más si se emite con veneno, con mala gana y maldad, eso no es ser liguista, se le quiere en las buenas y las malas. Aquí ha venido gente honorable a trabajar pero desgraciadamente en toda familia hay una oveja negra”, expresó Iván Chavarría hace algún tiempo al periodista Kendall Rojas.
Tanto por cuestiones periodísticas como por Alajuelense, Judith Alfaro fue muy cercana a Iván Chavarría y a su familia. Ella lo describió como “la voz deportiva de Costa Rica” y dijo que fue una persona que con los golpes de la vida él se fue moldeando cada día como una mejor persona, que se ganó el respeto de jugadores y ayudó a crecer a futuros periodistas que hoy son colegas en medios, en los distintos espacios en los que hacen su trabajo.
Una voz muy marcada que sonaba tanto en Radio Alajuela, como en Radio Bahía Puntarenas, de donde era oriundo, donde experimentó su niñez. Y donde se vinculó muchísimo al deporte.
“Don Iván fue una persona que siempre tendía la mano, que saludaba a todos desde que llegaba a cualquier espacio. Se le abrían puertas debido a ese cambio que tuvo con las experiencias de la vida e incluso hace poco le había contado a La Nación que conoció a José José y que por eso había dejado una etapa de sequía, de desierto como él le decía y que dejó el alcoholismo”, relató Judith Alfaro.
Mencionó que don Iván llegaba, saluda a todos desde el carro, siempre muy humilde, muy trabajador, transmitiendo su amado y muy escuchado programa Ovación, con sello nacional y que también disfrutó al máximo cuando se encargó de conducir Corazón Manudo, un programa radiofónico que tenía la Liga.
“Compartía siempre un pancito con café con todos los de seguridad del estadio, a todos los lugares a los que iba siempre llevaba pan y lo repartía, esa era su carta de entrada; una persona que enseñaba valores, que escuchaba cuando uno tenía un problema, que le daba consejos más allá del nivel profesional a un nivel familiar, que aprendió mucho de la vida y que transmitió su sabiduría a toda aquella persona que buscara en él un apoyo”, destacó.
También comentó que la vida de don Iván fue bastante dura y de eso él aprendió, al ser el protagonista de una historia muy particular.
“Al crecer en Puntarenas con algo complicado que él mismo contaba sobre su papá, sobre sus propios apellidos, el desconocimiento hasta de su propia fecha original de nacimiento es increíble. Hay una en el acta, pero realmente no sabemos si esa era la fecha. Él compartía esa historia como parte de las enseñanzas de su vida, un poco ajetreada en el principio”, relató la comunicadora.
Todo se debe a que él nació en la casa y cuando lo inscribieron, le pusieron como fecha de nacimiento el día del trámite, a pesar de que ya tenía unos cuatro días de nacido.
“Le celebrábamos el cumpleaños el 17 de noviembre, pero creemos que en realidad fue por ahí del 14 o del 15 que había nacido. Siempre fue muy agradecido con todas las personas que confiaron en él, que le brindaron una mano y todas las historias negativas siempre las transmitió, pero para compartirlas siendo algo positivo al final”, indicó.
Indicó que fue una persona muy servicial, carismática y que aunque muchas veces guardaba silencio, con esa mirada muy profunda daba a entender que tenía algo más que decir, pero que se lo guardaba en su corazón para evitar problemas.
“Fue muy sabio, siempre llamando a la calma, muy inteligente, corregía con hermandad, de una forma que los demás no se diesen cuenta, pero que cada quien aprendiera lo que debía para crecer. Se apagó una voz muy importante para Costa Rica, con tantos años de haberle brindado el alma al periodismo deportivo”, concluyó Judith Alfaro.
El funeral de Iván Chavarría Díaz será este domingo 29 de diciembre a las 10 a. m. en la Parroquia Corazón de Jesús, en Alajuela, justo la iglesia donde él se casó con Elena Umaña Leal.
Que en paz descanse, don Iván.
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