Sánchez premia a Begoña Gómez en su año más difícil
Estas navidades, Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, han recuperado una tradición que no habían podido disfrutar desde hacía años: esquiar en Cerler, practicando así uno de los deportes favoritos de la ‘primera dama’.
Este regreso a las pistas del Pirineo aragonés marca un momento especial para la pareja presidencial, tras varios años en los que las estrictas medidas de seguridad habían impedido este tipo de escapadas.
Cerler no es un destino elegido al azar. El presidente del Gobierno guarda un especial cariño por esa estación de esquí, que visitaba con regularidad antes de llegar a La Moncloa.
Durante su juventud, Sánchez tuvo oportunidad de conocer bien la zona, en parte gracias a excursiones escolares y escapadas con amigos que le permitieron disfrutar de las espectaculares vistas y las pistas que rodean el valle de Benasque.
En años anteriores, las vacaciones de Navidad y Semana Santa solían incluir este tipo de actividades, pero su condición de jefe del Ejecutivo le llevó a cambiar sus rutinas, priorizando la seguridad y la discreción.
Para Begoña Gómez, sin embargo, esta escapada tiene un significado especial. Aficionada al deporte blanco, siempre ha mostrado interés en aprovechar cualquier oportunidad para volver a esquiar.
Durante años no ha perdido la esperanza de retomar esta pasión, y este diciembre finalmente se ha dado la oportunidad.
Uno de los destinos preferidos de la pareja ha sido el Hotel HG de Benasque, situado a pie de pista, conocido por sus impresionantes vistas al entorno montañoso.
Este regreso a Cerler no solo supone un momento de desconexión para Pedro Sánchez y Begoña Gómez, sino también un símbolo de cierta normalidad familiar, tras un año especialmente complicado por las polémicas en las que se ha visto envuelto el entorno de Sánchez, y especialmente su mujer.