La Junta de Andalucía hizo ayer balance del recién concluido 2024 a través del ya clásico mensaje de Navidad de su presidente, Juanma Moreno , que culminó con una mano tendida al resto de administraciones y un alegato a favor de la «vía andaluza de la serenidad y moderación política» frente al «ruido y la mentira que cada día inunda más el debate público». Tanto es así que aunque incluyó varias peticiones directas al Gobierno de España, el discurso se caracterizó por un repaso de los indicadores más notorios de la región, como por ejemplo todo lo relativo a altas en la Seguridad Social -casi tres millones y medio, «una cifra histórica»-, autónomos o empresas. De los cinco mensajes anuales lanzados a la ciudadanía desde que fue investido presidente, éste es quizás el que más se ha alejado del debate político patente en aquel primer discurso de 2019. Entonces reclamaba con contundencia el fin de la infrafinanciación autonómica , un asunto que ha sido casi el hilo conductor durante el lustro, y que también ha estado presente en la comparecencia emitida este martes, aunque de manera más velada y, de nuevo, convirtiendo la necesidad en virtud. «Estamos avanzando en sanidad , en educación y en dependencia , y lo hacemos a pesar de recibir siempre menos recursos que las comunidades autónomas más ricas», explicaba Moreno desde el puerto de Algeciras . Como ya ocurriera con el Hospital Militar de Sevilla en el de 2020 o con el Parque Natural de Doñana en el de 2023, el enclave volvía a tener una fuerte carga simbólica en la narración. Si aquel centro sanitario evidenciaba el refuerzo de la Junta en pleno azote pandémico y las marismas y humedales hablaban del pueblo y el medio ambiente frente a la implacable sequía, mostrar a Juanma Moreno delante de un muelle de carga en pleno trabajo permitía abordar varios conceptos clave. El primero y más evidente, los buenos datos andaluces en cuanto a exportaciones y la realidad de que el puerto de Algeciras es el «más importante de España y del Mediterráneo» y el «cuarto de Europa». El segundo, que allí arrancará el «primer corredor marítimo de Hidrógeno Verde , que unirá Algeciras y Róterdam », en Países Bajos, «un proyecto que va a convertir a Andalucía en una potencia energética». El tercero, y no menos hábil, recordar el contexto ineludible de la región como receptora de inmigración, «de personas que sueñan y se arriesgan por un futuro mejor», en palabras de Moreno, que aseguró que «Andalucía atiende a estas personas, por supuesto», pero que también es fundamental «una política migratoria de Estado y que solicite ante la Unión Europea el reconocimiento de Andalucía como frontera Sur de Europa», como sí que están reconocidas Canarias , Ceuta y Melilla . Y el último, enlazando de nuevo con esa filosofía de consenso, el de aspirar a un «acuerdo beneficioso para el Campo de Gibraltar tras el Brexit », lo cual es especialmente decisivo para la cercana Línea de la Concepción. «Quiero decir claramente que el Gobierno de España tiene todo el apoyo de Andalucía en esa negociación», recalcaba el presidente. Por ello, Moreno quiso concluir, entre sus «mejores deseos para el año que comienza», resumiendo su acción y estrategia como de «mano tendida», hasta el punto de incidir en que «aquí tenemos estabilidad política y, aunque contemos con una mayoría suficiente, practicamos el diálogo con todos: sindicatos, empresarios, asociaciones, partidos políticos...». El resto de formaciones no se tomaron el discurso precisamente de manera inclusiva, a tenor de las reacciones ofrecidas en lo sucesivo a su emisión en Canal Sur Televisión a las 14.45 horas. El primero de ellos fue el secretario general del Partido Socialista en Andalucía, Juan Espadas , que ni siquiera esperó a ver lo que el mandatario tenía que decir. A pocos minutos de las 13.00 horas, interpelaba a Moreno a afrontar un año nuevo con «mucho más compromiso y mejor gestión». Por ejemplo, en cuanto a sanidad, educación y dependencia. De esa forma introducía que los andaluces «queremos soluciones, no más propaganda, no más anuncios» y atacaba sutilmente cualquier vanagloria : «Queremos que Andalucía progrese -...- también para tomar decisiones, para dejar de estar encantados de ser como somos, porque ya lo sabemos». Esa idea de la propaganda fue el leitmotiv de las reacciones del resto de partidos políticos andaluces bajo distintos, y creativos, conceptos equivalentes. Desde Por Andalucía , Inma Nieto tildó el contenido audiovisual de «publireportaje empachoso» y «lleno de mensajes triunfales y palabras vacías que no significan nada para la mayoría de la población» que, asevera, está abocada a la «situación de desigualdad y de pobreza que provocan sus políticas». José Ignacio García , portavoz de Adelante Andalucía , aseguró que el discurso parecía hablar de una «Andalucía de ciencia ficción» ya desde la propia elección del «decorado», que le llevó a afear que «Moreno ha tenido que buscar uno de los pocos sitios de Andalucía que están industrializados para esconder la verdadera apuesta económica de este gobierno que es el turismo de sol y playa, de copas, de trabajadores precarios, de explotar nuestras costas y de pisos turísticos». Vox , a través de su portavoz Manuel Gavira , directamente trasladó que el vídeo no fue más que un «automasaje» alejado de «una autocrítica seria». La formación verde se mostró especialmente preocupada por «la preocupante y encendida defensa de la inmigración ilegal», entendiendo las palabras del presidente andaluz como de «efecto llamada». Por último, Toni Valero ( Izquierda Unida ), alertó de que Moreno «saque pecho de su modelo privatizador cuando todos vemos las consecuencias», por ejemplo que «los servicios públicos que dependen de él, sanidad, educación y dependencia han empeorado en todas sus estadísticas». Fueron los únicos que sacaron a relucir el asunto de los contratos de emergencias del SAS, hasta el punto de esperar que la Junta pidiera «perdón por el escándalo de corrupción».
