En el momento en qué
Laprovittola se lesionó de gravedad, supimos que la temporada del
Barça iba a ser difícil. De pronto, se perdía liderazgo, tiro exterior y un montón de puntos. Los rivales flotan a
Satoransky y
Núñez para que lancen de lejos, sabedores que tienen peor porcentaje de tres puntos que
Punter,
Parker o
Abrines. Ante el descalabro del equipo, la solución, en noviembre, fue fichar a un base de la
NBA como
Raulzinho Neto, que, tras dos partidos y siete minutos en cancha, ha tenido dos lesiones musculares y ha demostrado por qué estaba sin equipo. El parche, pues, ha sido un descosido mayor. Pero es que ahora resulta que el parche del parche, el regreso de
Thomas Heurtel al
Barça, es peor que una broma de pésimo gusto. Es una ofensa en mayúsculas al barcelonismo. El equipo de
Peñarroya está tan mal, que
Laporta,
Cubells y
Navarro recurren al último gran traidor del Palau para intentar enderezar la temporada.
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